A vueltas con el tope salarial

Llama la atención el empeño de los ejecutivos del Mallorca, por no personalizar, en clamar por las limitaciones del previsible límite salarial que le impondrá la LFP en el próximo ejercicio. Es como si quisieran justificar un plan preconcebido que contempla una inversión mínima a la que, por otra parte, tienen perfecto derecho. Pero anticipar su resultado sin especificar al mismo tiempo los movimientos de sus partidas de ingresos y gastos conduce más a la picaresca que a la transparencia.

Miren ustedes. El tope que la patronal del fútbol profesional autoriza a cada club se basa, en términos generales, en un estudio simple de sus presupuestos. En el caso que nos ocupa, los ignoramos. Movámonos en el terreno de los supuestos porque, finalmente, la cifra se sustenta en la diferencia entre lo que cada club va a obtener y lo que tendrá que gastar. Si el Mallorca presenta una previsión de ingresos de 10 millones y en la media de las últimas campañas sólo ha conseguido 2, evidentemente le van a exigir que justifique cómo piensa recoger los 8 que faltan. Lo mismo sucede en cuanto a dispendios que, por cierto, incluyen no solamente los de la plantilla, sino todos incluidos los cargos directivos, ejecutivos, administrativos y hasta retribuciones a los consejeros. Si has gastado 9 y ahora dices que reducirás hasta 3, tampoco se lo van a creer.

Conviene recordar que Maheta Molango despidió a no menos de 30 personas desde su llegada y, en particular, a partir del descenso a Segunda B y no olvidar que su salario, como el de la dirección deportiva, etc, también figura en el capítulo de salidas. Además de rebajar dichas nóminas, el traspaso de un futbolista también se acepta como ingreso, igual que una ampliación de capital. Si nos dicen que el tope no va a pasar de 4 millones y medio y acaban de filtrar que en la Premiere ofrecen 2 por Sastre, ya tenemos 6 y medio. Y si Sarver y sus socios deciden ampliar capital, pongamos que 10 millones más, habrá que sumar no menos de uno. Ahora integren la presunta venta de las acciones del Lluis Sitjar al Ajuntament y nos plantamos en 9 y medio.

Si, es cierto que Hacienda todavía es acreedora de 17 millones de deuda acumulada y que se lleva el 50 por ciento de cada operación, salvo de la eventual ampliación,  en el peor de los casos y sin rizar el rizo se podría aspirar a un tope de 7 millones con relativa facilidad. Más o menos la cantidad que entraría solo por derechos de televisión que este último año no han superado los 20 o 30 mil euros de IB3.

Bueno, no profundicemos más en este maremágnum de cifras que muchos no entenderán ni siquiera se molestan en preguntar. En resumen, hablar de cantidades sin conocer los presupuestos no es sino, en el mejor de los casos, una verdad a medias. Y el Mallorca, como empresa privada que es, los oculta celosamente.