Adios al balón….y los puntos

Tras una salida dinámica y una ocasión de gol en un cabezazo de Lago Jr a las manos de Miguel Angel Moya, el Mallorca cedió la pelota a la Real Sociedad que, con paciencia y sin estridencias, se posicionó en la mitad de campo mallorquinista durante más de una hora sin crear grandes ocasiones, hasta que en un contragolpe nacido en las manos del portero de Binissalem, hizo añicos la resistencia balear cuando el empate inicial colmaba las aspiraciones del anfitrión y los propios espectadores.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (1), Raillo (1), Lumor (1), Baba (3), D.Rodríguez (1), Salva Sevilla (1), Febas (1), Lago Jr. (1) y Budimir (1).

Minuto 57, Trajkovosky (0) por Febas. Minuto 70, Alex Alegría (0) por Budimir. Minuto 84, Chavarría (-) por Dani Rodríguez.

Real Sociedad.- Moya (1), Zaldúa (1), Le Normand (1), Zubeldía (2), Ahien (1), Illarramendi (2), Merino (0), Januzaj (0), Odegaard (2), Oyarzábal (1) y William José (0).

Minuto 61, Portu (2) por Januzaj e Isak (1) por William José. Minuto 72, Zurutuza (1) por Merino.

ARBITRO:

Pizarro Gómez (1), del Comité Madrileño. Algo dubitativo. Pudo haber penalti en un agarrón de Sastre a Odegaard cerca del área pequeña y ya con ventaja visitante. Mostró tarjetas amarillas a Merino y Le Norman de la Real y a Raillo, del Mallorca.

GOL:

Minuto 82, tira líneas de la Real que empieza con una cesión de Moya a Illaramendi, prolongación a Portu, escorado a la derecha, que se escapa de Lumor y cede a Odergaard que, llegando desde atrás, se planta ante Reina para batirle con comodidad. 0-1

OBSERVACIONES:

Gran entrada en Son Moix, con 18.133 espectadores.

COMENTARIO:

Los dogmas se destruyen por si mismos al no admitir flexibilidad. Aquel surgido del acervo popular que recomienda no tocar lo que funciona ignora los matices de su aplicación ante situaciones cambiantes. Vicente Moreno repitió alineación pero quizás no pensó en introducir las variantes que exigía un visitante mucho más hecho y derecho que el Eibar, capaz de resistir los habituales envites iniciales del Mallorca para robarle sin misericordia el balón en cuanto la espuma pierde gas. A diferencia de los armeros, que se engancharon a si mismos al buscar el pase largo para sortear la presión adelantada de los locales, la Real Sociedad se armó de paciencia para aplicar su idea de juego hasta encontrar la ocasión propicia que, aunque tardía, acabó por llegar.
  Imanol Alguacil, técnico donostiarra, le ganó al banquillo local la prueba de los cambios que, en teoría, debían desahogar la resistencia del perdedor y, en el bando contrario, las figuras más estáticas del ajedrez. Difícil de comprender el relevo de Febas por Trajkovsky que suena a relevo preconcebido y completamente intrascendente la entrada de Alex Alegría por muy cansado que estuviera Budimir, más dedicado a presionar la salida de los centrales que a mirar hacia la portería adversaria. El debut de Chavarría a seis minutos del final en detrimento de Dani Rodríguez, no menos agotado, no superó la más simple anécdota. Por el contrario, Portu revolucionó la línea de tres cuartos en la que solo Baba barría y distribuía a destajo sin excesivas ayudas. Gracias a su labor Reina no tuvo que intervenir en más oportunidades, una de ellas en una desesperada mano que desvió al palo el primer aviso de Oyarzábal compensado después por otra madera de Lumor a la derecha de Moya.
  La presente lectura no cuestiona el trabajo del entrenador, capaz de construir una escuadra estructurada y firme con no demasiados mimbres. Pero, fichajes aparte, habrá que preparar otras alternativas tácticas porque la categoría no es la misma ni el conjunto de los rivales tampoco. No parece lo más aconsejable renunciar a la pelota de manera tan evidente. Ayer se la dieron a una Real relativamente exigida, pero a ver quién es el valiente que decide intentarlo con otros enemigos a la vista. El Valencia el próximo domingo, sin ir más lejos. Salva Sevilla ha sido ejemplar durante dos años, pero ya no está para tanto rol.