Arrancada de cavall i……(2-2)

El valor de un empate no cambia, un punto, pero su sabor no es el mismo para quien iba ganando que para aquel que estaba perdido. El Mallorca vió como un Real Oviedo ramplón y primitivo igualaba dos goles en contra con apenas veinte minutos de juego. Ni la incesante lluvia, ni el barrizal del Nuevo Carlos Tartiere explican por qué los de Luis García Plaza empezaron como un ciclón y acabaron convertidos en una suave brisa. Incapaces de mantener su ritmo inicial, cedieron terreno y balón al límite de coquetear con la derrota ante el empuje, solo eso, del rival.

ALINEACIONES:

Real Oviedo.- Femenías (1), Juanjo (2), Arribas (2), Bolaño (1), Mossa (0), Jimmy (1), J.Mier (1), Viti (0), Nahuel (2), Rodrigo (0) y Leschuk (0).

Minuto 72, Obeng (1) por Rodrigo. Minuto 85, Cedric (-) por Viti. Minuto 88, C.Hernández (-) por Nahuel.

R.Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Russo (1), Sedlar (1), Oliván (1), Baba (1), Galarreta (1), A. Sánchez (1), Febas (0), Lago Jr. (1) y Abdón (1).

Minuto 53, Amat (1) por Febas. Minuto 57, Gámez (1) por Oliván, lesionado. Minuto 85, A.Alegría (-) por Abdón.

ARBITRO:

Trujillo Suárez (2), de Tenerife. Tranquilo y seguro de sus decisiones hubiera pasado desapercibido de no mediar un problema técnico con su equipo de intercomunicación que le obligó a prolongar la primera parte en tres minutos. Amonestó a Galarreta, baja el próximo domingo ante Las Palmas y a Abdón.

GOLES:

Minuto 14, Mossa cede de cabeza a erróneamente a Lago Jr que se mete en el área y bate por bajo a Femenía en su salida. 0-1.

Minuto 19, Sastre engancha un rechace y desde más de 30 metros lanza un obús que se cuela por la escuadra izquierda del meta local. 0-2

Minuto 43, Nahuel saca una falta a la espalda de la adelantada zaga balear, Baba se come la entrada de Javi Mier a su espalda y este cruza suave ante Reina. 1-2

Minuto 68, Arribas remata de cabeza a la salida de un saque de esquina. 2-2

FONDO DE CATALOGO

No se pueda analizar el partido sin considerar determinadas circunstancias adversas para ambos contendientes. El mal tiempo y el estado del terreno de juego perjudicaba al equipo con más toque, el Mallorca en este caso, menos adaptado al barro que, no obstante, generaba una ventaja hipotética al ponerse con dos goles de ventaja en el marcador. En segundo lugar anfitrión y visitante llegaban con sustanciales bajas en sus formaciones. El primero sin Tejera, Edgar y Sangalli, entre otros, mientras que el segundo se había dejado fuera a Raillo, Cufré, Dani Rodríguez, Valjent y Mboula, por distintas causas y a Salva Sevilla por decisión técnica. Presumíamos que el fondo de catálogo bermellón ofrecía más recursos que el asturiano, pero lo cierto es que las dos últimas jornadas inspiran ciertas dudas. Visto lo visto, las fuerzas se igualaron y el resultado se fraguó entre el fútbol directo y empuje de unos, frente a la mejor técnica y colocación de los otros.

Fieles a su estilo, los de García Plaza abrieron las hostilidades presionando a su enemigo en su mitad de campo y con peligrosas incursiones por banda izquierda, por donde Lago Jr, Oliván y Febas percutían con relativa facilidad. Galarreta, conductor, lanzó un primer aviso al estrellar un balón en el poste, aunque un minuto después Lago Jr, agradecía un gentil regalo de Mossa para poner en marcha el marcador que se presumía fácil cuando apenas cinco minutos después Joan Sastre marcaba el que posiblemente sea el gol de la temporada. Nada casual. Ya lo hizo en pretemporada contra el Castellón y a punto estuvo de repetir en plena agonía del vespertino de anoche.

Sin embargo, el mismo lateral tenía más problemas para contener a Nahuel, de cuyas botas salía el único recurso carbayón para tratar de quitarle el frio a un inédito Reina. No ayudaba Antonio Sánchez, parco en sacrificio defensivo y con clara diferencia en tan poco tiempo, más de uno decidió buscar el abrigo de la manta en lugar del riesgo de un mal choque. Febas desapareció del terreno, Galarreta se encontró sin compañero, Baba no sabía si colaborar en la creación o arropar a los neófitos Russo y Sedlar y aquel vendaval comenzó a amainar permitiendo a la escuadra del Cuco Ziganda salir de su guarida, abandonar temores y correr a pelotazos a un rival únicamente entregado a mantener esos dos goles durante más de una hora. Demasiado tiempo y excesivas concesiones.

Suele decirse que nada es como empieza, sino como acaba y aunque el Mallorca consumió los últimos minutos en un acoso constante pero poco convincente en un intento de poner cerco al área azulona, cabe agradecer que un cabezazo de Obeng a tres minutos de los noventa topara con la parte superior del travesaño en lugar de caer un par de centímetros más abajo. Un punto más, si, tras despreciar otros dos.