Avisos en saco roto

Planificación aparte, horrorosa, alguien debió reflexionar sobre cuántos de los jugadores que quedaban en plantilla el 18 de agosto había jugado tenían un mínimo de experiencia en primera división. Fácil respuesta, solo Reina hace 10 años, Salva Sevilla en el Betis y el Espanyol y Xisco Campos, 3 partidos  con el Mallorca in illo tempore. Los demás ni Flores y de los nuevos fichajes, mejor no hablar.

Tanto Vicente Moreno como Dani Pendín llamaron la atención sobre ello en plena pretemporada. Alguien, erróneamente, quiso entender que si estos mismos jugadores habían sido capaces de subir de Segunda B a Segunda A, también podían mantenerse en la Liga Santander. ¡Más madera!. Sin embargo no olvidemos que son los mismos que ficharon a Carlos Castro, Pablo Valcarce, Faurlín, Nestor Salinas, Bonilla, Salva Ruiz, Giner, Russo y demás familia.

Juan Carlos Forneris cuyo féretro fue envuelto en la bandera del Mallorca y de cuya capacidad y mallorquinismo nadie puede ni tiene derecho a dudar, decía que todo aquel futbolista que necesita más de dos toques, uno para controlar y otro para pasar, despejar o rematar, no debería militar en la máxima categoría. Tal vez una exageración, no lo sé. Lo cierto es que los avisos de los técnicos fueron desoídos tanto por los ejecutivos como por la propiedad, no la dejemos de lado.

El primer tercio del campeonato obliga a un esfuerzo superior para remontar posiciones en el segundo y aunque, según Luis Aragonés, es verdad que todo se decide en las diez últimas jornadas, mejor no tentar al diablo ni a la mala suerte. Con el currículum de la actual dirección deportiva, ¡cualquiera se fía!.