Comercio indigno

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mienten cuando afirman que el pueblo español ha votado, incluso exigido, un giro a la izquierda. En primer lugar porque podríamos debatir largamente si el PSOE es un verdadero partido de izquierdas y, a continuación porque lo evidente es que ha votado no absolutamente pero si mayoritariamente, al PP, una agrupación de derechas.Los votos de la ciudadanía no pueden ni deben ser interpretados a conveniencia de cada uno, como los estudios de audiencia radiofónica en los que siempre ganan todas las cadenas pese a que, ahí si, a veces de dan diferencias insalvables.
Mariano Rajoy y el líder socialista están jugando una partida de ajedrez basada explícitamente en un enfrentamiento personal ya reflejado en el debate televisivo previo tan mal moderado por Manuel Campo Vidal. Lo que debió ser una confrontación de ideas y programas se convirtió en una pelea barriobajera de descalificaciones mútuas que se prolonga en el tiempo a costa de la economía española y a favor de vientos populistas que sólo auguran una pésima gestión de lo público.
Los votantes no son convocados a las urnas para emitir un sufragio en torno a pactos, sean cuales sean. De eso sabemos demasiado en Baleares tanto por lo que supusieron los del PP con UM o el triste pacto de Progreso. Si fuera así, los candidatos deberían anunciar previamente con quiénes y cómo estarían dispuestos a una alianza digna o no de la confianza de los electores. Otro gallo cantaría.
En lo que estamos todos de acuerdo es en que los tiempos exigen actualizar la Constitución en aquellos artículos donde sea posible y necesario y también una Ley Electoral acorde a la verdadera democracia que, por supuesto, no disfrutamos.