Con cara de tontos

En un partido alocado al final, el portero del Tenerife le regaló un gol al Mallorca que, generoso, le dio la pelota para que, con un marcador claramente adverso (0-2), el equipo de Oltra arreglara su falta de gol empatando en viente minutos de infarto un partido que se le había escapado. Para resumir: los de Vicente Moreno fueron más eficaces y afortunados, pero el anfitrión, y triste es reconcerlo, fue mejor.

ALINEACIONES:

C.D. Tenerife.- Dani Hernández (0), L.Pérez (1), Jorge Sáenz (1), Alberto (1), Héctor Hernández (2), Luis Milla (2), Racic (2), Borja Lasso (0), Suso Santana (1), Malbasic (1) y Coniglio (0).

Minuto 62, Nano (1) por Coniglio. Minuto 71, Isma López (1) por Borja Lasso. Minuto 84, Tyronne (-) por Héctor Hernández.

R.Mallorca.- Reina (2), Sastre (1), Valjent (1), Raillo (2), Estupiñán (2), Salva Sevilla (0), Pedraza (1), Ariday (0), Dani Rodríguez (2), Lago Jr. (1), Budimir (2).

Minuto 58, Leo Suárez (0) por Ariday. Minuto 77, Baba (-) por Pedraza. Minuto 85, Nikola (-) por Salva Sevilla.

ARBITRO:

Ocón Arraiz, (0) de la Rioja. No había tenido jugadas polémicas hasta la expulsión de Estupiñán, provocado pro Suso, en el minuto 86. Al jugador canario no le mostró ni la amarilla por un alevoso pisotón a sobre la rodilla de Lago Jr, que pudo tener graves consecuencias. En total amonestó a Jorge Sáenz, Héctor Hernández, Racic y Nano, del Tenerife y a Sastre y dos veces a Estupiñán, del Mallorca.

GOLES:

Minuto 14, escapada de Budimir por la derecha, la jugada se complica y termina con un centro pasado que Lago Jr,. deja a Estupiñán, que remata raso y cruzado al palo largo. 0-1

Minuto 47, cesión al portero local que, antes de despejar, resbala y se cae. El balón queda a los pies de Budimir que marca a placer. 0-2

Minuto 71, enésimo barullo en el área visitante que resuelve Racic de fuerte disparo ante el que Reina nada puede hacer. 1-2

Minuto 92, otro lío en el área que este vez resuelve Tyronne tras rebotar la pelota en un defensa. 2-2

COMENTARIO:

A los dos minutos de la reanudación, el portero local le regaló el triunfo al Mallorca. Budimir lo aprovechó agradecido.  Las únicas matemáticas aplicables al fútbol son las que refleja el marcador. Números, goles, son amores y no buenas razones. El Tenerife no sabe de qué hablamos, pero el Mallorca se ha aprendido de memoria cómo evitarlos. Ayer, sobre el césped del Heliodoro, Vicente Moreno aplicó la doctrina básica del viejo maestro Balmanya: primero vamos a no encajar y después ya miraremos de marcar. Y claro, conocedor de los problemas que tiene José Luis Oltra para que sus pupilos alcancen la meta, que así se les llama a las porterías, unos zagueros liderados por Raillo con el trabajo del resto del equipo sin excepciones, solo permitieron una oportunidad a su anfitrión a lo largo de toda una primera parte en la que renunciaron al balón. He escrito Balmanya y bien he podido decir Simeone: defensa sin resquicios ni concesiones y aprovechar una contragolpe que llegó antes de lo esperado pues no no se había cumplido el primer cuarto de hora. Y, ¡ojo!, el cuadro chicharrero no es el Cádiz, ni su estadio el Ramón de Carranza. Odiosa comparación, por supuesto, pero el fantasma de la Tacita de Plata ya había sobrevolado el ambiente.
  Los datos de posesión que suelen insertar las teles en el intermedio y al final de los partidos han hecho mucho daño. Fíjense en el Betis de Setién, toca hasta la saciedad pero necesita dios y ayuda para batir al guardameta adversario. Pero peor es el exceso de confianza. Con dos goles de ventaja pocos hubieran firmado el empate. No era el momento para dejar que Suso Santana y sus compañeros tocaran a rebato. No es admisible que, ni de regalo, este Mallorca trabajado y sereno acabe perdiendo los papeles frente al empuje, nada más, de su enemigo que tiró de épica y apeló a la heroica para reconquistar lo que había perdido. Puestos a destacar los obsequios, Malbasic ya había desperdiciado dos claras oportunidades para que los suyos se metieran en el lance antes de los goles, sin contar un remate al palo con Reina batido. Y, aunque sea un tópico, tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompió y dos puntos se fueron al limbo, además de Estupiñán al vestuario con una tarjeta roja. Tampoco era el día. Y van….