De vasallos y señores

A falta de la visita del Eibar al Sánchez Pizjoán, la derrota del Mallorca en el Wanda Metropolitano no tiene la menor trascendencia en la clasificación. Sus opciones no han mejorado pero tampoco se han puesto peor de lo que estaban. Celta y Alavés, además de los armeros si no puntúan, siguen a seis puntos de los doce que todavía es preciso disputar y si acaso se ha sumado un último invitado a la fiesta, el Leganés después de su victoria en Cornellá que condena al chino Espanyol. Eso suponiendo que, en efecto, hubiera sarao porque no parece fácil reducir esta distancia. Claro que, en caso de saltar la liebre, mejor terminar igualados con vigueses o armeros, ya que el cuadro babazorro, como el pepinero, superan a los de Vicente Moreno en el golaverage directo.

Omito el calendario pendiente de cada uno porque rellenar quinielas puede que sirva para ganar algún dinero en la apuesta, pero no adquiere carácter de profecía ni premonición. Alcanzar el Nirvana supone vencer en al menos dos partidos y que los mencionados equipos no sumen ni un punto más. Si, o ganar tres y que los implicados solamente ganen uno. En fin, dejémonos de combinaciones y reservemos los cálculos para las redes sociales y tertulias de café. El entrenador balear lo tiene claro: «las cuentas salen si nosotros ganamos». ¡Premio!. Y amanece si sale el sol. Este hombre hubiera sufrido menos de no haberse fiado de la propiedad cuando viajó con Maheta Molango a visitar al jefe allá en Arizona. Debió plantarse cuando solicitó cinco fichajes de jugadores españoles con experiencia en primera división y le trajeron a Salibur, Trajkovsky, Sedlar, Chavarría y Rahman, pero sobre todo urgía una patada en la mesa cuando su CEO le mandó callar y entrenar porque «el fichador» era él.

Moreno ha hecho lo que ha podido al margen de la clasificación final, sea la permanencia o el descenso. «¡Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!», se esgrime en el Cantar del Mio Cid.