E pur si muove (Y, sin embargo, se mueve)

Los análisis precipitados carecen de argumentos, pero los previos amparan el desconocimiento y la ignorancia que es aun peor.

La cesión del delantero croata, Ante Budimir, de la serie B italiana, al Mallorca certifica que, al contrario de lo que podíamos pensar, el club se mueve en busca de jugadores que mejoren su presente potencial. Esto es positivo. Que además lo haga sin tirar la casa por la ventana, tampoco es malo. Ya lo hizo con el desembarco de los americanos en la sala de juntas de Son Moix y solo acertó con uno de seis: Lago Jr. Ahora bien, de eso a anticipar que el artillero del Crotone sea de verdad el mesías esperado y le convirtamos en un crack sin siquiera haber pisado el césped de Son Bibiloni, no media un abismo sino todo un desierto sin oasis refrescantes por el camino. Veremos. Podrá ser o no será. Tiempo al tiempo.

En la otra cara de la moneda se puede leer el fiasco de Carlos Castro, presentado como estrella de la campaña de verano, por no insistir en el de Valcarce. De cualquier manera el trabajo de un departamento tan complejo como el de la dirección deportiva de un club, cuya función no se limita al mercado de jugadores, se ha de valorar bajo una perspectiva global y un estudio más dilatado.