El esperpento que viene

Han transcurrido 12 días desde que finalizó la liga de segunda división y comenzó el caso Fuenlabrada que, a día de hoy, continúa sin resolución. La Federación Española y la Liga de Fútbol Profesional parecen no tener prisa, en detrimento de terceros implicados que entrenan y se exponen sin saber cuándo podrán disputar el play off de ascenso o siquiera si llegarán a hacerlo. Todo vale en la cruenta guerra liderada por Luis Rubiales y Javier Tebas arbitrada, es un decir, por el Consejo Superior de Deportes.

Si este asunto a primera vista no tan difícil de zanjar, como ha demostrado el juez instructor del mismo a quien han decidido no hacer ni caso, les supera, ni se imaginan lo que les viene encima al empeñarse en organizar las competiciones inferiores tanto estatales como regionales. No existen mecanismos para detectar positivos en los jugadores ni estos puede reducir al mínimo sus contactos sociales. No hablamos solamente de Segunda B,. una categoría prácticamente profesional, sino también de Tercera, donde muchos jugadores compaginan su actividad con otros trabajos, y ya no hablemos de más abajo, juveniles, infantiles y hasta campeonatos escolares. Garantizar o siquiera procurar que no haya contagios  está fuera del alcance de cualquier Territorial lo cual ya se demostró en el partido final de ascenso al peldaño de bronce disputado por el Poblense y el Mallorca B en Santany. Entró hasta el tato.

Si arrancar en Primera y Segunda A ya será más que difícil si como estamos viendo cada día surgen nuevos infectados de mayor menor consideración, imagínense sin los medios adecuados lo que puede suceder. De risa si no fuera porque la gravedad de la situación y su descontrol invitan más al llanto.