El fútbol, en peligro

Si, el fútbol se aguanta porque como además de la falta de pan no hubiera circo las consecuencias de la pandemia del COVID serían impredecibles. Por lo tanto cabe suponer que, al contrario de lo sucedido en Francia, ya confirmado, Mediapro, concesionario de los derechos audiovisuales de los clubs integrados en la Liga de Fútbol Profesional, el organismo presidido por Javier Tebas cobra religiosamente de la empresa que preside Jaume Roures con capital chino compartido.

Al otro lado de los Pirineos pintan bastos. Incumplidos los pagos en los plazos establecidos (172 «kilos en octubre y 152 en noviembre de un total de 780), la patronal francesa de clubs de fútbol ha rescindido el contrato de explotación referido y ha convocado nuevamente la subasta a la espera de la indemnización a la que sea sancionada la operadora española, dicen que unos 100 millones, y a una oferta que, desde luego y por ahora, será a la baja. Se especula con una propuesta de Canal Plus que rebajaría la fallida en unos 200 millones de euros, aunque la necesidad de vender el producto hace que un hipotético comprador quiera aprovechar el caos. Esto no es lo peor, sino el hecho de que la Liga del país vecino tuvo que comprometer un préstamo de 120 millones para afrontar los pagos a sus plantillas y técnicos y se encuentra poco más o menos en la bancarrota sin que el Gobierno de Macron muestre la menor predisposición a echar una mano que, de otro lado, no tiene. Ahora mismo Francia está sin partidos televisados y como no haya una solución inmediata puede que en enero no los haya ni en la pequeña pantalla ni en los terrenos de juego.

Se supone que, sin dejar de percibir el importe pactado en su momento, en España todo el mundo ha cumplido, lo que no explica la reconocida deuda de clubs como el Barça, cercana a los 1000 millones o del Betis, que supera los 100. Mejor no pensar qué ocurriría si se reproduce el fiasco galo. Pero ya sabe, quien con niños se acuesta, meado se levanta o dime con quién andas y te diré quién eres. Vale cualquier refrán porque para cuentos, los chinos y películas, las de indios.