El fútbol entra en la UCI

Ahora que Pedrerol afirma que «El Madrid tiene que vender para sobrevivir», «Marca» se pregunta si el Barça está en quiebra y puede acabar reconvertido en Sociedad Anónima Deportiva, (algo que el CSD hace tiempo ha debido exigir tanto al club azulgrana, como al merengue, el Osasuna y el Athletic), y «ABC» alerta que «Un agujero de 2.000 millones pone en peligro el mundo del fútbol», pregúntese cuánto tiempo hace que desde este modesto blog venimos hablándoles de dicha hecatombe. Si quieren, claro.

Ahora que sabemos que tanto los del Nou Camp como los del Santiago Bernabéu, la Massía o Valdebebas ¡qué más da!, son los que mayores deudas tienen siendo quienes más dinero reciben por sus derechos audiovisualescon una diferencia abismal sobre el resto tal y como refleja la Liga de Fútbol Profesional, tal vez alguien en algún lugar, estamento o institución podría replantear si el reparto del dinero menguante de la televisión no sirve para engordar a aquellos asociados que peor manejan sus cuentas frente a la austeridad de los modestos. Igualmente cómo es posible incrementar saldos negativos si se cumplen las normas exigidas por el límite salarial aplicado por la propia LFP.

No entraremos a valorar la capacidad de gestión tanto deportiva como económica de ciertos grandes gurús que figuran al frente de distintos clubs o/y organismos, unos en activo, otros despedidos y terceros en la trastienda del único negocio mundial que, salvo laboratorios, permanece abierto ajeno a riesgos, contagios y cierres. Pero claro, mientras se hable del VAR, de nuevos jugadores, ganar campeonatos y otras hierbas, nadie se centra en lo verdaderamente importante. La máxima vale para todos: «mientras hablen del Rey no se se fijan en nosotros».