Entrenadores de ayer, hoy y ¿mañana?

Hay entrenadores con una idea de juego inamovible que imponen a sus jugadores sean cuales sea, los hay más impermeables que saben adaptarse a cada circunstancia y en último término aquellos que construyen su estructura de acuerdo a las características de los futbolistas a sus órdenes. No son mejores unos que otros porque al final todos dependen de la implacable sentencia de los resultados.

Claro que el fútbol ha cambiado mucho hasta el punto de que antes un solo técnico lo hacía todo: estrategia, preparación física, psicología y entrenamiento de porteros. Ahora no se contrata a uno, sino a todo un equipo que, normalmente, no consta de menos de cuatro o cinco auxiliares. El trabajo se reparte y, sobre todo, entran en liza cuestiones tan importantes como el manejo de grupos en vestuarios cada vez más variopintos y complicados.

Los preparadores de equipos modestos suelen pertenecer al tercer escalón, no piramidal, ya que los clubs con menos presupuesto es difícil que puedan reunir planteles al servicio del gusto del «míster» en cuestión. De ahí que tengan que analizar detenidamente lo que pueden obtener de cada jugador y qué y hasta dónde este le puede dar. Todo lo contrario de los considerados de élite, con capacidad para pedir a sus presidentes la clase de mimbre que quieren para cada cesto. Por eso inquilinos en banquillos de oro fracasan muchas veces en los de madera y no siempre o, mejor dicho, casi nunca, los más pobres triunfan en equipos grandes.

Usemos ejemplos paradigmáticos. A Koeman en el Barça no le fichan lo que desea, sino lo que quiere Laporta o sus asesores. Mala papeleta más allá de la calidad intrínseca de su plantilla. Ancelotti se adapta perfectamente a lo que tiene, incluido Vinicius. Ya conoce la casa y sabe cómo actuar. Simeone ha construido una escuadra e implantado más que un estilo, que también, una religión y quien no va a misa no viste sotana.

¿Y Luis García Plaza?. ¡Ah!, ya tardaba la pregunta. Encontro el guión escrito, el escenario montado y lo ha aprovechado prudente e inteligentemente.

A partir de aquí que cada cual clasifique a cualquiera sin olvidar que el fútbol ha evolucionado tan rápido que entrenadores de ayer mismo, han sido sobrepasados por un rabioso hoy sin que sepamos cómo será el mañana de éstos y aquéllos.