Fútbol basura

La FIFA hace bien en popularizar el fútbol mediante la exposición de determinadas figuras que constituyen singulares ejemplos de buenos futbolistas o personajes destacados en oras esferas. Se equivoca gravemente cuando presenta como reclamo a otros que si se han distinguido por alguna cosa es por todo aquello que se opone a los valores intrínsecos del deporte.

En la lista de invitados al Mundial caben actores, actrices, cantantes, políticos, escritores y artistas en general. A muchos les gusta el fútbol y seguro que están encantados. Sin embargo se equivoca gravemente cuando sobreexpone la presencia de aquellos que, por muy buenos que fueran durante su carrera, se muestran indignos de imitación alguna.

A Rusia 2018 le ha acompañado el éxito de organización: estadios llenos, ausencia de incidentes, comportamientos cívicos como los de Japón o Senegal, pero han sobrado planos de Maradona, sin ir más lejos, absolutamente patéticos. Diego Armando no es el único que sobra ya en este circo, pero sobra. Hubiéramos preferido ver las caras de Zidane, Guardiola, Del Piero, Ranieri, Xavi, Beckenbauer, Casillas, Buffon, antes que la de ídolos caídos sin honra.

En otro contexto, mi solidaridad con Camacho al ausentarse de una tertulia para debatir con el conde Lecquio, Matamoros y no sé quién ni cuántos más. No nos gusta, pero podemos soportar el fútbol rosa; el fútbol basura, no.