Ganar y esperar

Si en los doce partidos que quedan, el Mallorca lograra los mismos puntos obtenidos en la primera vuelta ante estos mismos equipos, sumaría doce más de los que tiene. Mejor limitarse a pensar que no gane en el Santiago Bernabéu, pero que si venza al Leganés. Es decir, hablemos de ganar 3 partidos y empatar 2 sea donde sea y frente a quien sea.

Lo malo es que, de ser así, terminaría con 34 y desde que en España la liga se puntúa a 3 por victoria, esto rige desde la campaña 1995-96, ningún equipo con menos de 35 puntos ha eludido el descenso. Con estos descendió el Eibar en un triple empate con Granada y Deportivo que le superaron en sus confrontaciones directas. También con 35 se salvó el Leganés hace 3 años, pero hay que remontarse a los campeonatos 2009-10 y 2012-13 para encontrar fuera del terna infernal al Málaga y al Celta que necesitaron 37 puntos.

Así que las cuentas de la primera mitad de la competición no sirven en términos estadísticos. Hace tiempo que pienso y he escrito en este blog que asegurar la categoría pasa antes por tropiezos ajenos que por éxitos propios. Como los del Levante en el 2004-05, para mácula en el historial de Schuster y milagro en el de Héctor Cúper. Yo no creo en prodigios pero reconozco que haberlos, haylos. La lógica, mejor descartarla.