Hablar poco, pero pensar mucho

Puede que la renovación de Salva Sevilla por un año surtiera un efecto positivo y también puede que no sea el momento de anunciar el estado de otras ya sea para bien o porque las negociaciones se han roto. Tampoco es lo mismo conversar sobre el supuesto de militar en primera división o tener que pasar un año más en Segunda por alto que sea el índice de probabilidades de volver a la élite del fútbol español.

Una cosa es lo que trascienda de puertas hacia afuera y la otra lo que se cueza en la planta noble porque, además del cambio de categoría,. es preciso considerar el estado de la economía, con una futura oferta de la televisión a la baja, que ya se ha dado en la Premier con una rebaja del 13 por ciento, y la evolución y efecto de la vacunación contra la Covid 19, con o sin público en los estadios y en qué condiciones.

Lo normal en estas fechas sería tener aspectos muy definidos en cuanto a las bases deportivas a mantener e incluso un informe amplio sobre lo que hay en el mercado de jugadores. No dudo de que así es y comprendo que no se haga público nada de esto. Pero el fútbol es un negocio que vive de la pasión, hay sentimientos que ya han pasado a la historia, de mucha gente en cuyas reuniones sociales o familiares se hacen y deshacen planes y plantillas.

Creo que una gran mayoría estamos convencidos de que, por brillante que haya sido la campaña de los de Luis García Plaza esta temporada, este vestuario necesitará una profunda renovación si los propietarios no quieren repetir la experiencia de la temporada 2019-20. Y es ahí donde, una vez más, habrá que valorar si el Mallorca es un proyecto real o una simple experiencia especulativa.