¡Honor y gloria!

El Mallorca ha conquistado un merecido ascenso a primera división tras derrotar con claridad al Deportivo, al que superó por juego, casta e intensidad, además de acierto, a lo largo de todo el encuentro. Reina frustró con un paradón un remate a bocajarro de Quique y un cabezazo de Pablo Marí en el minuto 93, fueron las únicas concesiones a un rival borrado del verde césped de Son Moix en la noche de San Juan. Mágica no, lo siguiente.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (2), Sastre (1), Valjent (2), Raillo (3), Estupiñán (1), Baba (3), Ariday (1), Dani Rodríguez (1), Salva Sevilla (2), Lago Jr. (1) y Budimir (2).

Minuto 51, Abdón (2) por Ariday. Minuto 83, Alex López (-) por Budimir. Minuto 86, Xisco Campos (-) por Sastre.

Deportivo.- Dani Giménez (2), Bóveda (1), Duarte (1), Pablo Marí (1), Saúl García (1), Vicente Gómez (0), Expósito (0), Pedro (1), Borja Valle (0), Nahuel (1) y Quique (1).

Minuto 28, Carlos Hernández (0) por Nahuel, lesionado. Minuto 79, Fede Cartabia (-) por Borja Valle.

ARBITRO:

Pizarro Gómez (2), de Madrid. Mejor de lo esperado aunque, en su línea, ligeramente contemplativo. Mostró tarjetas amarillas a Sastre, Salva Sevilla y Reina, del Mallorca y a Duarte, del Deportivo. Se guardó otras para no dar la nota.

GOLES:

Minuto 20, Budimir aguanta un balón en la frontal del área acosado por dos defensas, pero en cuanto encuentra espacio, lanza un zurdazo que sorprende a Dni Giménez por alto. 1-0

Minuto 61, libre directo que transforma Salva Sevilla de tiro por encima de la barrera que baja junto al primer palo. 2-0

Minuto 81, Abdón conduce una contra con el Deportivo adelantado, Pablo Marí le aguanta, pero el mallorquón sorprende con un disparo con la izquierda antes de entrar en el área que se cuela a media altura sin que pueda llegar el portero. 3-0

COMENTARIO:

Tenía muy pocos años cuando mis padres me regalaron un proyector cinematográfico de juguete. Mucho antes del Cine Exin, para que se hagan una idea. Las películas, dibujos sobre papel cebolla, se pasaban a golpe de una pequeña manivela y se reflejaban en una pequeña pantalla del tamaño de una tableta, no más. Ayer me acordé de uno de aquellos “estrenos” particulares: “De la tierra a la luna”. Y esto, ni más ni menos, es lo que ha hecho el Mallorca, cuyos técnicos y jugadores han excedido la altura del cielo para alcanzar, desde el fango, los dominios de Selene.
  Nadie, nadie, puede poner peros a su trayectoria en la liga y mucho menos la superioridad que ha mostrado en la liguilla. Primero el Albacete y después el Deportivo han sido también, puntuales marionetas que han bailado al toque y antojo de un equipo que ha jugado mejor, ha sido más intenso, veloz, seguro y se ha entregado con mayor espíritu de sacrificio y pasión que cualquiera de los equipos que se han cruzado en su camino.
  Anoche no fue la excepción. Budimir, Salva Sevilla y, ¡quién lo iba a decir, Abdón, ilustraron tres obras de arte que si, Reina tuvo que validar ante un remate a bocajarro de Quique, el único de los gallegos entre los tres palos. Martí, como me sugiere un amigo, se equivocó al dejar en el banquillo a Fede Cartabia pero, sobre todo, tendría que explicar qué quería decir cuando en la previa afirmaba que sus pupilos debían buscar el gol. Eso se dice mucho, pero se practica poco y desde luego solo lo hizo un equipo, el que ha ascendido con todo merecimiento a primera división.
  Escribí antes del lance que la ausencia de Pedraza no encerraba la menor preocupación. Baba, que se salió, me dio la razón. Ahi Vicente Moreno tiene a un verdadero baluarte para jugar en la máxima categoría. Y no tiene a muchos, créanme, euforia aparte. Claro que no fue menos imperial la lucha de Raillo, la calma de Valjent y aunque hubo otros que brillaron menos, no es día para hablar de los rezagados ni para recordar que, sin los regalos de Córdoba y Tarragona, pudo haber fiesta sin sufrimiento. Pero recordemos que tampoco hay éxito sin esfuerzo y en esta plantilla todos han respondido cuando se les ha necesitado. ¡Honor y gloria!, como decían en «Gladiator».