Juan Heredia, in memoriam

Cuesta y mucho escribir un obituario de alguien que, además de futbolista, era amigo. Juan Heredia Moreno fichò por el Mallorca en la temporada 1966-67 y defendió la portería, en la que coincidió con Campos, Chicharro, Juan Gost , con quien alteró titularidad en Primera, y otros durante nueve ligas, una de ellas, repito, en primera división.

Cuando yo empecé a ejercer el periodismo deportivo en Radio Juventud por obra y gracia del maestro Miquel Llompart Mora, a quien Dios tenga en su gloria, el cordobés ya llevaba tres años en Palma. Y pese a nuestra condición de futbolista, él y crítico yo, trabamos una amistad en la que nunca interfirieron sus actuaciones ni mis comentarios. Si hoy día Joaquín es el animador del vestuario del Betis, el «Chomino», apodo por el que le conocían en las plantillas, alegraba los largos viajes en autocar de la época.

Nunca olvidaré la gracia con la que relataba su llegada a Mallorca, en pleno boom turístico, alojado en el Hotel El Valle, nada menos que cien metros de la Plaza de Gomila en su etapa no menos brillante como centro neurálgico de la noche capitalina. Siempre tuvo competencia bajo los palos. Nada más llegar ya tuvo que lidiar con el artanenc Piris y  Villanova. .

Edificó su familia en la Isla. Aquí trajo a su mujer, Angustias y crió con ella a sus hijos. Residía en una finca de la Avinguda Argentina, unos pisos más arriba que Miguel Angel Martínez Campos, a la sazón mi jefe de programas en la radio. Y si, comí alguna vez en su casa.

Al abandonar el fútbol trabajó como graduado social, estudios que completó aquí paralelamente a sus servicios al club. Y, en fin, podría alargarme mucho más. No era hombre de homenajes. Más bien sencillo y humilde. Las luchas de poder y las intrigas incluso entre los veteranos, le alejaron de la órbita del club, pero siempre fue un mallorquinista más y un mallorquín convencido. Solo me queda desde mi humilde blog, remitir un beso a su esposa, sus hijos y sus nietos. Buen viaje, «Chomino». Allí nos vemos.