La crisis del papel

El documento, emitido por el Centro de Estudio de Política Europea bajo el nombre de «Análisis comparativo de la libertad y el pluralismo en los medios de comunicación de los estados miembros de la Unión Europea» pretende demostrar que el proceso democrático ha fracasado en los países de la UE y que las condiciones básicas del pluralismo en los medios de comunicación no se cumplen.

Los seguidores de este blog hace tiempo que lo leyeron. La llamada crisis del papel con la que se da cuenta del rápido y aparatoso descenso de ventas de los periódicos tanto en kioscos, como en suscripciones, no se explica solamente por el auge de la comunicación digital. Claro que es más fácil ocultar la cabeza, cual los avestruces, detrás de una causa tan simple, que reconocer que, prácticamente sin excepciones, los editores se han plegado a las instituciones, renunciando a luchar en el mercado de la publicidad y en busca de unos ingresos más fáciles y seguros, mientras sus periodistas se han dejado porque también les resulta más sencillo esperar la llamada de los gabinetes de prensa que salir a la calle en busca de aquello que verdaderamente sea noticia.

La digitalización e incluso la paranoia multimedia que impulsa a algunos a grabar y reproducir en internet imágenes monologuistas de sus redactores, no evita la certeza de que el noventa por ciento de los contenidos que se ofrecen proceden de filtraciones emanadas desde los departamentos de prensa de partidos políticos y/o organismos públicos, privados aparte. Fácil de comprobar cuando dos diarios de distinta naturaleza publican la misma noticia en portada o, si cabe, cuando pactan entre ellos la publicación de determinada información o entrevista en fecha coincidente.

No conciben, y esto es lo más grave, que con las presentes líneas editoriales, cambiantes e inexistentes, niegan su propia esencia y razón de ser. La prensa no presta ningún servicio si no es verdaderamente libre, independiente y plural. Esto si que es una crisis y no la del papel.