La fragua de Moreno

Si es cierto que el Mallorca se comprometió a pagar una cantidad de dinero por cada partido que no juegue Pervis Estupiñán, la broma puede salirle cara a Maheta Molango porque Salva Ruiz no está por la labor de ceder su puesto ni, por otro lado, Gámez se lo pondrá fácil a Joan Sastre por mucho que se recupere de su lesión. Los dos laterales que han empezado la liga, forjados por Vicente Moreno y sus colaboradores podrían formar parte ahora mismo de una hipotética selección de Segunda A. El sistema implantado por el técnico, que les abre una autopista por sus respectivos carriles, ha permitido descubrir a dos defensas con una enorme capacidad ofensiva, sin desmerecer su trabajo de contención aunque no sea lo mismo.

Otra cuestión a considerar viene de la generosidad de todos los jugadores en un esfuerzo continuado. Cuando cojea la técnica conjunta más allá de la individual, aparece un espíritu de solidaridad, entrega y sacrificio que oculta otras deficiencias. El equipo se gusta más en casa que fuera, pero es porque se ha ganado al público a base de correr y luchar por cada balón, tanto si está en su poder como en el del oponente. A este nivel solamente nos cabe la duda del coste físico que puede suponer a medida que avance el campeonato, porque aguantar este ritmo durante diez meses exigirá mucha preparación, sobre todo a los futbolistas más veteranos. Esto, cabe recordarlo, no ha hecho más que empezar.