La Liga entre fondos

Así, en síntesis, resulta que la Liga de Fútbol Profesional española ha cedido sus derechos de explotación a una sociedad distinta de la que un diez por ciento será ostentado por CVC, un fondo de inversión británico que pagará a dicho tercero la friolera de 2.700 millones de euros de cuyo reparto se seguirán beneficiando los grandes muy por encima de los pequeños. Florentino y Laporta no recibirán los miles de euros que se prometían a si mismos como socios fundadores y beneficiarios de la Superliga, pero chuparán no menos del 20 por ciento de la nueva aportación para seguir perdiendo dinero como hasta ahora. Buscaban una fórmula para poder fichar sin sobrepasar las limitaciones impuestas desde la patronal y ya la tienen.

Pero si rascas un poco la superficie, lo que no cabe esperar que haga nadie, surgen algunas preguntas que tampoco nadie va a contestar. Por ejemplo cuántos y quiénes serán los consejeros de la sociedad resultante y los estatutos de la misma. Si las acciones serán o no sindicadas, se supone que si, y otras menudencias que a la hora de la verdad no son tan pequeñas porque, seamos serios, el fútbol profesional de este país deja de depender solo de si mismo y, como anticipábamos hace unos días, debe precipitar, incluso obligar, al Real Madrid, el Barça, el Athletic y el Osasuna a su inmediata transformación en sociedades anónimas deportivas, una exigencia que extraña mucho no haya impuesto como condición el fondo inversor, de cuyas actividades en otros sectores encontrarán en espacios más adecuados que éste.

Cuando las televisiones o productoras renueven a la baja sus ofertas, ya veremos en qué queda la euforia y el pacto, porque nadie invierte tanto dinero para perder, no ganar e incluso ganar solo un poco. Y a esta gente ya no le ha ido muy bien lo su participación en Naturgy, a punto de caer en una opa a manos de otro fondo, australiano para más señas. Mientras tanto el público, paciente e ingénuo, sigue pagando abonos para un calendario de partidos que no sabe si podrá ver. Entre fondos anda el juego.