Los contratos están para cumplirse

El mismo derecho que tiene Maheta Molango de pedir a Alvaro Bustos, Cano y Damiá que se busquen equipo, lo tienen estos últimos de cobrar el resto de sus respectivos contratos. El CEO del Mallorca debió pensar en este tipo de contratiempos antes de firmar contratos de tres y cuatro años de duración sin justificación alguna ni sentido común. A mayores, cabe recordar que el primer fue fichado en el mercado de invierno debido al susto provocado por la lesión de Lago Jr y Ferrán Giner. Los fichajes de la etapa de Javier Recio, que no puede desprenderse de Abdón y al que le gustaría vender a Sastre y Ariday por orden de su jefe, no han sido precisamente brillantes.

Este tipo de prácticas no son nuevas. En tiempos de Mateu Alemany primero Finidi y después Luque fueron obligados a abandonar el club para traspasarlos, el nigeriano al Newcastle y el mallorquín al Deportivo. Pero, naturalmente, les pagaron. No es de recibo adquirir un compromiso con un profesional y quitártelo encima sin más responsabilidad en cuanto te apetece. Damiá se irá, dicen que a la Cultural Leonesa, sin haber sido profeta en su tierra, lo cual no autoriza a nadie a darle la patada sin más.

Pero así es el Mallorca de hoy. Un club en el que pronto, visto el trato, no querrán entrar ni los mallorquines. Unos porque los echan de balde y otros porque ni siquiera se ven considerados. A eso se le llama proteger la cantera, no cabe duda.