Más ocasiones que goles

El Mallorca sumó en Granada su tercera derrota de la temporada. Un golazo de Pozo a la media hora sentenció un partido que los de Vicente Moreno empezaron bien, para remar a contracorriente después del descanso en un intento de equilibrar de nuevo el marcador. Tuvieron más oportunidades que su rival, pero no acertaron claras oportunidades en las botas de Dani Rodríguez, Ariday y Salva Ruiz que pasaron factura en el resultado final. No ganó el mejor, pero si el más acertado.

ALINEACIONES:

Granada C.F.- Rui Silva (1), V.Diaz (2), Germán (1), Martínez (1), Alex Martínez (1), San Emeterio (1), Montoro (1), Pozo (2), Puertas (1), Vadillo (2) y Adrián Ramos (1).

En el minuto 68, Fede Vico (1) por Vadillo; en el 75, Rodri (1) por Adrián Ramos y en el 84, Quini (-) por Pozo.

R.Mallorca.- Reina (1), Gámez (1), Valjent (1), Raillo (1), Salva Ruiz (2), Salva Sevilla (1), Pedraza (1), Ariday (1), Dani Rodríguez (1), Lago Jr. (1) y Abdón (1).

A los 45 minutos, Baba (1) por Pedraza, lesionado; a los 71, Alex López (0) por Dani Rodríguez y a los 82, Giner (-) por Ariday.

ARBITRO:

Pulido Santana (1), de Las Palmas. Mostró las tarjetas a destiempo, permitió mucha falta subterránea y no la lió del todo porque no hubo acciones punibles más graves. Cartulina amarilla para San Emeterio y Víctor Diaz, del Granada y para Reina, Gámez, Salva Sevilla y Alex López, del Mallorca.

GOL:

Minuto 30, Vadillo deja un balón a Pozo en el borde de la frontal, que este último transforma de un gran disparo algo esquinado y pegado al travesaño. 1-0

OBSERVACIONES:

Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del temporal en San Llorenç des Cardessar.

COMENTARIO:

El Mallorca sufrió su tercera derrota de la temporada, pero no fue inferior al Granada. Si acaso habrá que tomar nota de que las tres veces que se ha enfrentado a equipos que le preceden en la clasificación, ha perdido. Su partido de ayer se lee en prosa taurina, puesto que dominó territorialmente durante toda la segunda parte, encerró a los nazaríes en su mitad de campo, pero falló estrepitosamente con el estoque lo que desluce la mejor de las faenas, que tampoco lo fue. El comienzo si había despertado expectativas. Se atrevió con un intercambio de golpes que anticipó su mala puntería, pero llevó a cabo varias incursiones que mantenían la alerta de su anfitrión. Sin embargo se impuso la inspiración puntual de Pozo, quien con Vadillo y Puertas, forman un trío letal a la espalda del atacante más adelantado, Adrián Ramos. Un calvario para Pedraza y no menor para Salva Sevilla, que no apareció hasta después del descanso.
  El almeriense se llevó los pitos de la grada en cada balón que tocaría después. Sin su concurso los de Vicente Moreno no hallan salida, pese a los encomiables y siempre generosos y encomiables esfuerzos de sus dos laterales, Gámez y Salva Ruiz. No es menos cierto que el técnico local ordenó el repliegue de los suyos, que apenas pisaron el área de Reyna hasta el mismísimo pitido final ante los fallidos relevos de Alex López, amonestado como de costumbre, y Ferrán Giner. Cambios en cualquier caso tardíos dada la exigencia física del lance. Como hemos destacado, demasiado trapío y nada de espada o, lo que es lo mismo, mucho ruido y pocas nueces. Y la posesión, si no incorpora virtudes complementarias, está muy sobrevalorada.
  El entrenador bermellón no es hombre de palabrería vana. Su equipo compite, algunos de los jugadores al límite del reglamento para suplir otros recursos técnicos y tácticos, y no tienen que temer a ninguno de sus competidores. Respetar, tal vez. Sin embargo no se lo pondrán fácil a nadie. Quien quiera batirle tendrá que atarse los machos o, como ayer en los Nuevos Cármenes, acabar defendiendo con uñas y dientes una ventaja mínima, aunque tampoco casual. Al gol de Pozo hay que otorgarle su mérito y reconocer la obra de arte. Caer nunca es agradable, pero una cosa es perder y la otra que te ganen. El empate iba a remolque.