Mejor resultado que juego (2-0)

El Mallorca mantiene su posición de privilegio y empieza a acariciar ya el ascenso a primera división después de vencer, pese a jugar un mal partido, a un Lugo voluntarioso pero inofensivo que regaló materialmente ambos goles para confirmar su candidatura al descenso. Antes de cumplirse el primer minuto Dani Rodriguez ya había inaugurado el marcador, momento a partir del cual imperó le ley del mínimo esfuerzo hasta que, en otro barullo, Mollejo sentenció la partida.

ALINEACIONES:

R. Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (1), Raillo (1), Oliván (1), Sedlar (0), Salva Sevilla (1), Mboula (1), Dani Rodriguez (2), Amath (1) y Abdón (0).

Minuto 60, Galarreta (1) por Sedlar, Mollejo (1) por Mboula y Alvaro Giménez (1) por Abdón. Minuto 75, Baba (-) por Salva Sevilla. Minuto 80, Murilo (-) por Amath.

C.D. Lugo.- Cantero (1), Campabadal (1), Venancio (0), Alende (0), Canella (1), Juanpe (1), El Hacen (1), Gerard (1), C. Ramos (1), Appiah (1) y Carrillo (0).

Minuto 39, Hugo Rama (1) por Gerard. Minuto 78, Seoane (-) por Campabadal y Ch. Herrera (-) por El Hacen.

ARBITRO:

Ocón Arráiz (0), de Logroño. Arbitraje de veterano, siempre paloma y a favor del viento. Los visitantes le reclamaron falta de Mollejo en el segundo gol, que no se apreció, pero si una mano de Raillo dentro del área en la primera parte que no vió y su colega Milla Alvendiz, en el VAR, aplicó el irregular criterio al que estamos acostumbrados. Perdonó la tarjeta roja a Sedlar, al que mostró una amarilla, igual que a Mollejo y Amath por parte local y a Juanpe y Appiah por los gallegos.

GOLES:

Minuto 1, Sastre saca de banda con potencia, el balón bota dentro del área y ante la inhibición defensiva, llega a Dani Rodriguez quien, en el segundo palo, marca a placer. 1-0

Minuto 62, otro balón dividido en las frontal del área chica, se le come Alende y Mollejo, en posición forzada y en pugna con el central, pone el pie alojando la pelota rasa junto a un poste. 2-0

AL RALENTI

Si esto hubiera sido un partido de tenis se diría que el resultado se ha originado en los errores no forzados del perdedor, el adjetivo más ajustado al equipo de Luis Cesar Sampedro, que dejó a su vieja guardia en el banquillo sin que brillara uno solo de sus sustitutos a título individual y mucho menos colectivo. En su descargo solo podria aducirse que encajar un gol tonto cuando todos aun consultan si han activado el cronómetro, condiciona el resto del encuentro, sin embargo los acontecimientos que siguieron pusieron en evidencia la peor cara del Mallorca, menos habitual que la de su oponente.

A pesar de enfrentarse al peor equipo de la segunda vuelta y, posiblemente, el peor que ha pasado por Son Moix junto al Logroñés, los hombres de Luis García Plaza se entregaron al «resultadismo» con ese ahínco habitual que ya hemos echado de menos en anteriores lances frente a equipos pequeños. Entregaron descaradamente el balón al Lugo a la espera de sentenciar en un contragolpe de los que apenas se dieron pese a las facilidades ofrecidas por el enemigo, penoso en defensa e inútil dominador en aras de su extrema lentitud y falta de ideas. Ambos contricantes usaron velocidad de trote, uno por carencia de combustible y motor y el otro por la seguridad de no recibir castigo a su desidia.

Sin banquillo al que recurrir, el endeble rival de turno dejó pasar el tiempo moviendo el esférico de un lado a otro sin acertar más que una sola vez a rematar, poco antes del descanso, para recordar a Reina que el de ayer no era su día libre. Podría haberlo sido. El anfitrión, temeroso de nada, relevó a tres de sus mimbres al cabo de una hora. Dos minutos después se encontró con otro gol que no había buscado y aquí paz y después, gloria.

Si esta noche padecen de insomnio y han grabado el partido, reproduzcan lo íntegro. Abrazarán el sueño antes que con una píldora al efecto.