Memoria no tan histórica

Hubo un tiempo en que el Real Madrid fue un club señor. Florentino Pérez no entiende mucho de eso, aunque desde Ramón Mendoza para acá nadie puede dar lecciones. Sin embargo algo de aquello se conserva y hay un respeto máximo hacia figuras relevantes del madridismo que representan al club en muchos de los actos oficiales que se llevan a cabo.

Mientras vivió, Alfredo Di Stéfano estuvo presente en casi todas las presentaciones de nuevos fichajes junto al jugador y el presidente. Ahora fue Paco Gento quien posó junto a Solari en su presentación como sustituto de Lopetegui. Y mañana sera otro ilustre legendario al margen de las funciones institucionales de Butragueño, relaciones públicas o Chendo, delegado histórico del equipo.

Maheta Molango ha reducido el pasado a una comida navideña con la Asociación de Veteranos en la que, sin demasiadas actividades normalizadas, no están todos los que son ni son todos los que están. La pasada temporada llevaron a cabo una representación teatral particular con Julián Mir en Alcoy, más por iniciativa local que mallorquinista. Antonio Oviedo Saldaña permanece viendo vídeos en un despacho y un montón de jugadores que se retiraron de rojinegros y echaron raíces en Mallorca nunca fueron tomados en consideración. No hablamos de futbolistas de paso como Iván Campo, una temporada en calidad de cedido e incluso Tolo Salom, cuyos minutos en categoría superior se ponen en entredicho. Pero ahi están los Riado, Fortunato, Sans, Chichi Soler, Gabi Vidal, Stankovic, Ibagaza, Miquel Soler, Engonga, Nadal, Olaizola, Bussi, Jaume Bauzá, Pep Bonet y tantos que resultaría largo y tedioso mencionar, cuya relación con el club no solo es distante sino que, en algún caso, ha merecido hasta el despido.

Son detalles que el CEO no ve, ni sabe, ni entiende, en lugar de tanto programita comprado y twitter dictado.