Mirandés, equilibrio total

El Mallorca descendió y ascendió en Miranda de Ebro, una simple anécdota porque el equipo que desde una pequeña ciudad de 35.000 habitantes al norte de la provincia de Burgos ha tomado la representatividad del fútbol de la región por encima del histórico club de la capital, navega con algo más que decoro por la segunda división con una plantilla muy joven y un entrenador, José Alberto, acostumbrado a trabajar en ese grupo de edad, algo que aprendió en Mareo, en la escuela del Sporting.

No es el Mirandés de Antonio Sánchez, que jugó allí el año pasado, es un equipo renovado, tan equilibrado dentro como fuera de Anduva, cuyos puntos, en mitad de la tabla, se reparten como local o visitante. Llega a Palma sin sufrir por no llegar más arriba, ni padecer por caer en puestos peligrosos. Esa tranquilidad le puede hacer más dócil o más peligroso. Depende. Raul Lizoain ha desbancado de la portería al legendario Limones y la incorporación de futbolistas como Cristo, le ha abierto horizontes ofensivos que no tenía al comienzo del campeonato. Conviene considerar que ha ganado casi la mitad de sus desplazamientos, ocho, con un empate que iguala las derrotas recibidas. Y encaja tantos goles como marca.

Luis García Plaza no podrá contar con Baba ni Galarreta. Su posición será para Sedlar, como en anteriores ocasiones. Es probable que el mencionado Antonio Sánchez regrese al once titular para formar con Dani Rodríguez y Amath por detrás de Abdón.

El Comité de Arbitros ha designado al cántabro López Toca, un pésimo colegiado. Es imprevisible y la puede liar en cualquier partido y momento, la última vez en el Almería-Leganés (1-1) que hizo correr ríos de tinta y protestas desde la ciudad sureña. Cumple su cuarta temporada en Segunda por obra y, sobre todo, gracia no se sabe muy bien de qué o quién. O si. Esta temporada ya ha dirigido dos veces al Mallorca, en Son Moix contra el Tenerife (2-0) y en Zaragoza (0-0). En Anduva, Mirandés-Rayo (0-2).