Ni medio lleno, ni medio vacío

Un poco de calma y tranquilidad no vendría mal. Ni el Real Madrid ha ganado ya la liga con los jugadores de siempre, ni el Barça la ha perdido pese a los fichajes de Griezmann y De Jong. Tampoco el Mallorca he eludido el descenso aunque le ganara al Eibar. Esto solo acaba de empezar y extraer o expandir conclusiones ya sean a título colectivo o individual constituye una aberración.

Todo partido de fútbol admite diversas lecturas. El del sábado en Son Moix exige ver más allá del resultado que, en definitiva se produjo a partir de una acción casual, si bien no se discute su valor y merecimiento. Pero seguro que en Ipurúa lo ven de otro modo. Creo que es más efectivo analizar los defectos que ciertas virtudes, pues la mejoría siempre nace de los primeros y nunca de las segundas. Por ejemplo vimos las dificultades de Sastre en cuanto le encare un enemigo habilidoso y rápido como el chileno Orellana. El de Porreres corre bien la banda, pero no siempre asiste con precisión y carece de algunos recursos defensivos. En fin, lo dejamos aquí para no aguar la fiesta del primer triunfo en una categoría que, no lo ducen, será más exigente de lo que lo fue el primer visitante del campeonato, especialmente en la primera media hora de juego.

Quien crea que ya no hacen falta refuerzos se equivoca. Y tendrán que ser de los buenos, no promesas ni experimentos. No veamos el vaso medio lleno ni medio vacío, sino en su justa medida.