Otra vez la Copa

Hasta nueva orden, la Copa del Rey de fútbol sigue sin interesarme ni en la menor medida. Será todo lo loable que se quiera el intento de Luis Rubiales al frente de la Federación Española de Fútbol de apoyar los intereses de los clubs más modestos, nada que objetar, pero para empezar meter una eliminatoria la semana antes de Navidad obligatoria para solo la mitad de los equipos de primera división que paran el domingo siguiente, condiciona de por si la pureza de una competición maldita desde hace mucho tiempo y convertida en un hueso duro de roer que entre la Liga y los clubs más grandes se disputan sin saber por qué. Para gustos, los colores.

El sorteo ha reservado las eliminatorias más duras a los equipos pitiusos. La Penya de Santa Eularia recibirá a un rival de Segunda División, la Ponferradina, mientras que el Ibiza tendrá que viajar a Pontevedra, un contrincante de su mismo grupo en la categoría de bronce. La perita en dulce la tiene el Mallorca en su visita a El Alamo, curioso nombre relacionado con la resistencia heroica de un fuerte «yankee» ante las fuerzas del ejército mexicano del general Santana. Pero no hay epopeya que valga. Se trata de un humilde conjunto de la Tercera madrileña que compite en la segunda mitad de la clasificación. Tampoco es malo el anfitrión del Atlético Baleares, Unionistas de Salamanca, penúltimo del grupo II de Segunda B.

A quienes les agrade, que lo disfruten.