Plaza reservada (2-1)

El Mallorca cerró prácticamente la reserva de su plaza en primera división para la próxima temporada al vencer en un mal partido al Mirandés, lento, impreciso e incapaz de crear ocasiones de gol. Sin jugar bien, a tono con sus últimos encuentros, los de Luis García Plaza se adelantaron en el marcador en dos acciones afortunadas de Abdón y se amurallaron en casi toda la segunda parte, destinada básicamente a entorpecer el juego embarullado de los burgaleses que pusieron emoción, aunque no inquietud, con un disparo desde fuera del área al que no llegó Reina.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (2), Raillo (1), Oliván (1), Sedlar (1), Salva Sevilla (1), A.Sánchez (1), Dani Rodríguez (1), Amath (2) y Abdón (2).

Minuto 55, Russo (1) por Raillo, lesionado. Minut0 75, Cufré (1) por A. Sánchez y Lago Jr. (1) por Abdón. Minuto 88, Febas (-) por Amath.

C.D. Mirandés.- Lizoain (1), Victor García (1), Vivian (1), Berrocal (1), C. Julio (1), Javi Muñoz (0), Messeguer (0), Jirka (1), P.Martínez (0), Jackson (1) y Cristo (0).

Minuto 60, Javi Jiménez (1) por C.Julio, Djouahra (2) por Messeguer y A.López (1) por Jirka. Minuto 79, Ezzarfani (-) por P.Martínez y S.Moreno (-) por Jackson.

ARBITRO:

López Toca (1), de Santander. No tuvo complicaciones, aunque repartió con desigual criterio las tarjetas. Hubo amarillas para Reina y Dani Rodríguez, del Malloorca y Víctor García, Vivian y Berrocal del Mirandés.

GOLES:

Minuto 43, Oliván se interna por su banda, centra raso hacia Abdón que conecta con la zurda tal como le llega la pelota y su remate roza la pierna de un defensor y descoloca al portero. 1-0

Minuto 50, Amath recupera un balón en la medular visitante, cede en profundidad sobre Abdón que, solo, estrella la pelota en el cuerpo de Lizoain, pero rebota en Vivian y se cuela en su portería. 2-0

Minuto 64, obús razo y cruzado desde fuera del área por parte de Djouahra que entra junto a la base del poste opuesto. 2-1

DE CHURRO TAMBIEN VALE

Y no es que no lo mereciera. Aun sin hacer nada muy destacable, Abdón, muy activo, en dos oportunidades y Dani en una tercera pudieron marcar mucho antes, haber que no se le puede anotar al Mirandés, activado en el centro del campo, pero inexistente en ataque. Tampoco es mentira que dos goles en instantes de esos llamados psicológicos, justo antes y después del descanso, desarman cualquier plan, si bien nunca nos quedó claro cuál era el trazado por el joven técnico José Alberto López en su visita a Palma.

El dominio, eso que llaman posesión, se repartió en la primera parte, aunque los locales presionaban arriba y cercaban la salida del enemigo, parsimonioso y apenas incisivo, dedicado a pasear el balón de banda a banda sin sentido vertical ni la rapidez necesaria para sorprender a una zaga sin agobios y a un portero sin apenas intervenciones. Sabíamos que si el Mallorca lograba inaugurar el marcador, el partido quedaría visto para sentencia por mucho que a Salva Sevilla y sus compañeros, algunos de ellos curtidos en mil batallas, les pudiera la presión, la responsabilidad o el compromiso.

Ya con una ventaja de dos goles, se movió el banquillo enemigo para reforzar su poder ofensivo, ¡a buenas horas!, toda vez que el del anfitrión solamente registraba cambios para apuntalar su retaguardia y, por supuesto, los tres puntos. El aspirante al ascenso, ya a tiro de piedra, prefería no correr riesgos y no lo hizo pese a la lesión de Raillo para dar entrada a Russo, Acabó con los once en su campo, nueve alrededor del área y un aguerrido Amath por si podía cazar alguna.

El resultado era lo único importante. A estas alturas y con lo que está tan a mano, quien quiera espectáculo que se vaya al circo, como decía Javier Clemente.