Sweet home Arizona

Aquí llega Claassen y al día siguiente aparecen sus palmeros. Le sustituye Sarver y le ponen el mariachi entero sin preguntar ni quién es ni a qué viene. Por suerte en otros lares no ocurre lo mismo y si el financiero de Phoenix ha hecho de los Suns el peor equipo de la NBA al punto de que revistas especializadas le consideran el peor directivo del baloncesto profesional norteamericano, pues hay quien se lo afea y, además, planta cara y batalla.

No imagino aquí a nadie capaz de gastarse .2.500 euros en camisetas con el lema impreso de «¡Molango, fuera!» o «Sarver go home». Si no ocurrió cuando metieron al Mallorca en Segunda B ya no sucederá. Y lo saben.

Pero en Arizona si pasan estas cosas. Exigen que el dueño de su franquicia la venda y desaparezca del mapa porque no quieren que el club que mora en sus sentimientos vaya haciendo el ridículo año tras año. No sé si lo conseguirán ni si el afectado comprará toda la tirada de camisetas, pero si sabemos que en su propio pueblo no se lo consienten todo. Y a lo mejor hasta sería bueno que vendiera allí para que invirtiera de verdad aquí. O no. La dignidad siempre está por encima del dinero. O debería. Claro que hace mucho que por estos pagos ya pusimos el alma en manos del diablo.