Un campo siempre difícil

Cinco jornadas duró Joseba Etxeberría en el banquillo del Tenerife. Sumó dos empates fuera, otro en casa con el Deportivo, tras perder en Málaga y el detonante de su cese fue la derrota del Reus en el Heliodoro Rodríguez. Hoy el equipo catalán ya no está. Total que llegó José Luis Oltra, con buen cartel en la isla, que tampoco ha llevado a cabo ningún milagro, sino todo lo contrario. Será que en Santa Cruz se han desatado urgencias injustificadas, como bien sabe Pep Lluis Martí, o que sobrevaloran una plantilla en la que jugadores que debían ser claves no han respondido. El ejemplo más evidente es el de Nano, fichado por el Eibar y cedido de vuelta. O la inversión en el fichaje de Naranjo, máximo goleador con solo cuatro dianas en su haber. Porque sobre todo ahi, en la falta de gol, es donde le duele al decepcionante conjunto chicharrero.

Probablemente ha sido el peor visitante que ha desfilado por Palma. De hecho a estas alturas de la liga todavía no ha ganado ni un partido lejos de casa. Pero, ojo, como local siempre presenta batalla. Además de la victoria del mencionado Reus, solo otro contendiente curiosamente rezagado, el Córdoba, ha salido de allí con los tres puntos en el zurrón. Málaga, Granada y Albacete no pasaron del empate y el Cádiz cayó por la mínima, así que mejor no vender la piel del oso antes de cazarlo.

Vicente Moreno ha vuelto a sacar billete para 19 futbolistas. Sobra uno. Y no, Abdón ya no entra en ningún avión. Le dijeron que sería el cuarto delantero y así ha sido en cuando hubo ocasión. Viaja Salva Ruiz, quizás el excluido a última hora, aunque su futuro está de momento en el Valencia y no en el Mallorca. Particularmente no creo que, a diferencia del planteamiento en el Carlos Belmonte, no espero muchos cambios en relación al último encuentro.

El mismo árbitro que pitó en la primera vuelta, lo hará ahora. Se trata del riojano Ocón Arraiz, todo un veterano. Lleva ocho temporadas en Segunda con un paréntesis de una en Primera. Fue nominado 17 veces y le enseñaron de inmediato el camino de regreso. Personalmente no me gusta su estilo, suele silbar con retraso y no siempre bien. Si los toros salen mansos, nada que temer; pero si embisten resabiados ya es otro cantar.