Vulgares buscadores de oro

Antes de que el Borussia Dortmund le metiera el miedo en el cuerpo durante su visita al Manchester City, Pep Guardiola ya había dicho que «la FIFA y la UEFA están matando a los futbolistas». Tiene razón, pero se quedó corto. Está asesinando vilmente al fútbol para sacar de ahí todo lo que pueden cual vulgares buscadores de oro del viejo oeste americano.

A los jugadores también, por supuesto. No hay un solo deportista que resista este calendario de partidos, ni un solo aficionado capaz de entender muchas de las cosas que, gracias a la televisión y las nuevas tecnologías, suceden ante sus ojos. El VAR se aplica cómo y cuándo les da la gana, no para corregir «errores evidentes» del árbitro, sino para rearbitrar el juego. Siempre, eso si, haciendo la vista gorda con el poderoso e hilar muy fino con el modesto.

Pero no es lo único. Cada vez que se cambia una norma se modifica para empeorarla y confundir más. Lo de las manos en las áreas resulta escandaloso y aplicado a conveniencia, por no hablar de esta extraña normativa de no señalar el fuera de juego, flagrante casi siempre, hasta que haya terminado la acción «por si termina en gol». Pues si termina en gol y hubo antes posición antireglamentaria se señala al momento y como mandan los cánones lógicos y no las mentes enfermas de cuatro desahogados metidos en un despacho.

No hace falta añadir que la voz de Guardiona se escucha millones de veces más que la mía, aunque me temo que tampoco le harán caso. Lo único que se puede hacer es imitar el personaje de Peter Finch en la genial «Network» cuando desde la pequeña pantalla invita a todos los telespectadores a gritar: «estoy harto y no puedo seguir soportándolo». Griten conmigo, si quieren.