Y ahora ¿qué hacemos?

Ya he comentado en anteriores oportunidades que dividir el calendario de liga en fases parciales elaboradas al gusto de cada uno se me antoja una soberana estupidez. Dicho sea con el máximo respeto a quienes se entretengan con ello y jueguen para si mismos con pronósticos y cálculos. Divertido seguramente para muchos aficionados, pero impropio de profesionales, ya sean futbolistas, técnicos o informadores de los medios de comunicación.

Pero de todo tiene que haber en la viña del señor y siempre habrá personas con poca imaginación que repitan lo que han oido a otros, dándoselas de oráculos y profetas. Recientemente he visto por ahi a quien recurría al tópico de «la liga del Mallorca» para referirse a los tres partidos disputados en el transcurso de los últimos siete días. Pues miren, en primer lugar el Osasuna y el Valladolid no son, por ahora, de esa mini liga y otros no lo serán en toda la temporada. Vamos que los tres puntos birlados al Real Madrid no tendrían que valer. En fin.

Bueno. Ya ha terminado la cita y de 9 puntos se ha conquistado solo uno y a duras penas. ¿Ahora qué hacemos?. Según tan curiosas teorías, buscar otra serie de jornadas para buscar contrincantes al uso. La realidad es diferente. En el cómputo total de 38 semanas es preciso ganar entre 12 y 14 envites, o perder alguno más pero sumar varios empates. El porcentaje que ha de preocuparnos no es el de los tres últimos resultados, sino que de 36 puntos posibles quedan únicamente 11 en la reserva. Los de Vicente Moreno han ganado 3 veces: Eibar, Espanyol y Real Madrid. De las 26 jornadas restantes han de salir victoriosos en no menos de 9 y aunque siempre se pueden dar imprevistos o campanadas, me atrevo a sugerir que no hablamos de 9 de 26, sino de 9 de 18. Matemática pura.

Cierto que no hay que descartar a equipos que lo hagan peor, de momento ya hay tres en circunstancias muy complicadas. Y que sigan, por si acaso.