Yo me quedo en casa

Perdónenme si estos próximos días aparco ocasionalmente los temas deportivos. Creo que este blog será más útil a todos sus seguidores en las distintas redes sociales si aporta su modestísimo granito de arena para contribuir a una mayor concienciación de todos.

Sin duda son muy discutibles las decisiones tomadas por las autoridades por diferentes motivos que ahora no vamos a enumerar por no contradecir precisamente el espíritu de esta página web. Quizás sea un buen momento para recordar aquellas palabras de John F. Kennedy: «no preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país».

He pensado en ella esta mañana viendo a las nueve de la mañana una inusual avalancha de coches en el aparcamiento de un supermercado cercano y en las calles adyacentes y he visto las imágenes de demasiada gente asaltando estanterías, sobrecargando carritos o, en suma, intentando acaparar la mayor cantidad de productos de toda índole sin pensar en las necesidades de todos, sino exclusivamente en las suyas particulares incluido más de un capricho. Hablando en plata, mientras yo me limpie el culo, el vecino que se procure papel de lija, de periódico o una piedra pómez.

Pero esta es la sociedad que hemos creado entre todos. Si, empezando por los políticos al cuidado de impartir más adoctrinamiento borreguil que cultura y conocimiento no vaya a ser que el pueblo nos salga listo y tengamos que dedicarnos a otra cosa.

Aun así, dejémonos de gestos y apliquémonos a la comprensión y la solidaridad. Está bien aplaudir al personal de hospitales y clínicas y a los reponedores y cajeros de los mercados, pero si además de esos les ayudamos siguiendo al pie de la letra las instrucciones que nos den y guardando el turno de cola sin avasallar a nadie y cargar alimentos que no nos caben ni en la despensa ni en el congelador, mucho mejor para ellos y para nosotros.