Agua bendita (2-1)

El Mallorca todavía tiene a tiro el título de campeón en la última jornada si gana en Ponferrada y el Espanyol no lo hace en Alcorcón. Se ganó este derecho tras remontar al Real Zaragoza con sendos goles, golazos, de Dani Rodríguez y Lago Jr. en el último tercio del partido disputado en Son Moix, bajo la lluvia en algunos momentos. Pero el agua no pudo reprimir la fiesta ni frustró las ganas de triunfo de los locales, empeñados en dedicar la alegría de la victoria y el ascenso a una afición entregada y ansiosa que despreció la inclemencia meteorológica para poder festejar con los suyos.

ALINEACIONES:

R. Mallorca.- Parera (1), Sastre (1), Valjent (1), Raillo (1), Oliván (1), Baba (1), Salva Sevilla (1), A.Sánchez (1), Dani Rodríguez (2), Amath (1) y Abdón (1).

Minuto 60, Galarreta (1) por Baba, Gámez (1) por Sastre y Lago Jr. (2) por A.Sánchez. Minuto 68, Febas (1) por Salva Sevilla. Minuto 74, Marc Cardona (-) por Oliván.

R. Zaragoza.- Ratón (1), Vigaray (1), Jair (1), Francés (2), Nieto (1), Zapater (2), Francho (1), Zanimacchia (1), Sanabria (0), Chavarría (1) y Fernández (0).

Minuto 71, J.Narváez (1) por Nieto, Bermejo (1) por Francho y Azón (0) por Fernández. Minuto 80, Larra (-) por Zanimacchia. Minuto 82, J.Hernández por Francés.

ARBITRO:

Gálvez Rascón (1), de Madrid. Mejor en la primera parte que en la segunda. Paró el juego para consultar el VAR que llamó la atención sobre una mano en el área local que confirmó como penalti, decisión que compensó luego con algunas faltas en el centro del campo. Dejó jugar bastante, pero no siempre con acierto. Amarillas para Dani Rodríguez, Sanabria y Francho.

GOLES:

Minuto 19, saque de esquina botado al segundo palo, cabecea Francés contra la mano de Dani Rodríguez. El colegiado se inhibe hasta que, alertado desde el VAR, para el juego, consulta la pantalla y señala el máximo castigo que transforma Zanimacchia de tiro raso a la derecha de Parera. 0-1

Minuto 67, Dani Rodríguez sorprende a Ratón con un disparo raso y muy ajustado al palo desde la frontal del área. 1-1

Minuto 88, Lago Jr, en aquel momento jugando de lateral, se incorpora al ataque y ensaya su jugada favorita, abriéndose desde el lateral del área hacia afuera para cruzar con la derecha a la escuadra opuesta. 2-1

QUERER ES PODER

La tarde, además de ventosa y lluviosa, se había puesto en modo gafe. El Mallorca con los titulares, salvo el guardameta, y el Zaragoza, uno de los peores visitantes de la categoría, con bastantes suplentes, portero incluido. Pero, lo que son las cosas, era el débil quien intentaba manejar el balón y controlar el juego mientras el afán por agradar parecía atenazar al más fuerte, limitaciones aparte.

Jugar con el marcador en contra no ha sido en todo el campeonato un plato de buen gusto para los hombres de Luis García Plaza. Los de Aragón se motivaron al verse por delante, cerraron filas sin concesiones y aunque no lograron nunca rematar la faena con peligro, el Toro Fernández remitió al limbo su contraataque más limpio, tampoco dejaron huecos en su retaguardia, en parte amparados en los malos centros que Oliván o Sastre servían desde las bandas. Por el centro, peor aún. Un único remate de Antonio Sánchez cruzado de palo a palo, rozó la portería maña.

No es que, tras el descanso, alguien activara nuevos resortes. Al contrario, Ignacio Martínez reaccionó muy tarde y no demasiado bien ante el acoso al que su equipo había sido sometido porque, más allá de otras virtudes, el anfitrión se había marcado el objetivo de remover el destino. Empezó a martillear al adversario con una embestida tras otra, deslabazada sí, imprecisa también e incluso premiosa pero, sobre todo, constante. El martilleo causó mella en la resistencia física del rival que bajó los brazos con la igualada, acción de brío y rabia de Dani Rodríguez, y aguantó como pudo hasta casi el final, pero ya sin fuerza para contener y mucha menos para desahogarse. Lago Jr aprovechó para reividincarse con un gran gol que venía a reforzar su autoestima y la de todo el equipo. Podrán jugar mejor o peor, casi siempre regular, pero nadie iguala siquiera su amor propio.

Ni el agua caida logró deslucir la fiesta. La gente tiene ganas de fútbol y celebraciones. La temporada, el año, han sido y son todavía duros. Estos aficionados, pocos, los que sean, merecen sonreír y la libertad de cantar, sea el gol, el título, el ascenso o lo que sea.