Del tiki-taka al tic-toc

No sé a cuánto sale el gol de España. Los siete de la ilusoria, más que ilusionante, de la primera jornada rebaja la cuota, pero los tres penaltis fallados en octavos equilibran el coste millonario. Tampoco vamos a comparar el presupuesto de la Selección española con los de Costa Rica, Japón y Marruecos, los tres poderosísimos enemigos de los que solo cayó el primero. Ni siquiera con el sueldo de Luis Rubiales. «Contigo empezó todo», Piqué «dixit».

Tantos móviles en las concentraciones han llevado a Luis Enrique a confundir el «tiki, taka» con el «tic, toc» al que se han abonado sus jugadores, mientras él se entretiene con el Tweeter a la espera del «tic tac, tic tac». Igual competíamos en el FIFA 2022, el vídeo juego, y nos hemos confundido. Nos han hecho una foto y nos la han colgado en Instagram. Y eso que la tanda para decidir el resultado fue confiada a los veteranos. Mejor habernos quedado sin conocer a los elegidos para el cuarto y quinto lanzamiento, a los que no hubo lugar.

Es el fin de una época y el de Busquets, Jordi Alba y algunos más porque, de verdad, es difícil imaginar a Carvajal, Morata o Koke dentro de cuatro años. Llegarán justo para la Eurocopa. Si es que el mismo seleccionador sigue en su «streaming» y el presidente de la Federación ha dejado de hacer otra cosa que pelearse con el de la Liga de Fútbol Profesional.

Yo le pasaría la patata caliente a Florentino Pérez. Al fin y al cabo retiene en su plantilla a Courtois, Tchouameny, Militao, Vinicius, Modric y Benzema, que ha tenido que quedarse en casa. Francia no le necesita, pero el Madrid si. A ver si cambia el formato y sustituimos la Copa del Mundo con 32 equipos por un Supermundial de 6 y, a ser posible, que no participe Brasil, no porque vaya a ganar, sino para que no se lesione nadie de los suyos. Y que no haya ningún Luis, ya sea Enrique o Rubiales.