Primer partido, primer aviso
Que el mercado permanezca abierto hasta el 31 de agosto no impide que haya empezado la competición que, a su vez, señala el fin de la pre temporada. Con toda la razón de su parte a los entrenadores no les gusta, lo cual no justifica su confusión.
El Mallorca disputó sus primeros minutos de liga con peor equipo que la anterior, sin Raillo, Galarreta y Kang in Lee, ni más ni menos que toda su columna vertebral. Un exceso de confianza que sus sustitutos no se habían ganado y un menosprecio del anfitrión que igualaba así el nivel de su escuadra respecto a una plantilla claramente inferior.
Rectificar es de honestos, de humildes, pero no de sabios y los puntos cuentan desde la primera jornada a la última. A saber si los dos que se quedaron en el Gran Canaria el sábado serán finalmente definitivos en función del objetivo establecido por ambos contendientes.
Javier Aguirre tuvo que deshacer tras el descanso su tremendo error de cálculo en la alineación inicial, la fácil, la que se imaginaba hasta el que pinta la cal de las líneas, la que hubiera puesto el entrenador del infantil B, sea quien sea, pero no un técnico experto que a estas alturas de la película conoce perfectamente a la mayoría de su plantel.
Si, manejar los tiempos para completar el vestuario tiene sus riesgos. Puedes no llegar. Razón de más para no insistir en una idea por encima de las características de tus hombres. Sin los tres mencionados, era un suicidio, un cuerpo sin esqueleto y mucho menos, espíritu. El cambio de marcha evitó una debacle porque no todos los rivales serán como Las Palmas, con todo respeto. El próximo viernes el Villarreal, sin ir más lejos.