Menos que un club
Desde su desembarco, camino de los diez años, la propiedad americana del Real Mallorca SAD no ha dejado de prescindir, tanto en su organigrama como en sus cargos de confianza, de todo individuo nacido en nuestra Comunidad. No sé si queda alguna secretaria. Da igual. Los acontecimientos más recientes acaban de demostrar que el club y el mallorquinismo trazan paralelas divergentes. El entrenador, Jagoba Arrasate, se ha identificado más con la causa real, alejada del negocio inversor de los accionistas y ejecutivos, en mucho menos tiempo.
La purga empezó hace años, casi al principio, cuando el más tarde denostado Maheta Molango, impuso su mala gestión sobre la figura de Monti Galmés, uno de los ex directivos que, sí, estuvo en Arabia, aunque no se prodigara excesivamente en la protesta de los acosados y acosadas que llenó de pañuelos la grada de Son Moix el pasado domingo de la que el CEO, Alfonso Díaz, se considera exento. Fuera de foco ha dejado, en una de sus habituales fintas, que sean los aficionados quienes se quejen de la Federación Española.
Fuera de su acristalado despacho no hay quien crea en su sueño de inmortalidad a rebufo de declararse director financiero de una multinacional. Otra muestra de su consideración a la parroquia local.
Especialmente estos días hemos echado de menos la representatividad de no pocos mallorquines y mallorquinistas no identificados con la política social del presidente Andy Kohlberg, muy mal asesorado, y sus primeros empleados, todavía peor aconsejados. Si hubieran tenido la mínima sensibilidad para invitar a su mesa, no la del Presuntuoso en litigio y sin servicio, a gentes de corazón y sangre encarnadas desde Miquel Contestí a José María Lafuente Balle, Tomeu Vidal, Miquel Ballester, Jaume Cladera, Lorenzo Serra, Mateu Alemany, Joan Buades, Vicente Rotger, Guillem Coll, Vicenç Grande, Nando Pons y otros directivos y profesionales que trazaron durante 108 años el camino por el que ellos transitan, otro gallo cantaría. Pero, ya se sabe, gallo que no canta, algo tiene en la garganta. O en la cresta.