¡Rodeados!
Así, así está el fútbol español, rodeado como en las películas de acción cuando cazan al malo sin escapatoria posible. Es el momento de guardar silencio o llamar al abogado, en plural en este caso. El panorama es dantesco y pasará tiempo hasta que la tormenta amaine. De momento ya hay quien advierte que el caso Barçagate pude durar cinco años entre pitos y flautas. Pero pasemos lista.
Albert Soler, hasta hace poco director del Consejo Superior de Deportes sobre cuya dimisión se habla poco y se ha escrito menos, aparece involucrado en la denuncia de la Fiscalía al Barça y Enriquez Negreira, junto con Sandro Rosell y Josep María Bartomeu. Acaba de dejar su nuevo trabajo en Acento, una consultora creada por los ex ministros José Blanco (PSOE) y Alfonso Alonso (PP), mientras dura el proceso recién iniciado. Se le ha relacionado con Javier Tebas en una operación para acceder a la presidencia de la Federación en lugar de Luis Rubiales.
En otro orden de cosas el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, anuncia su cese en la Asociación Europea de Ligas Profesionales, cuyos integrantes no le han pedido que se quede. Dicha baja conlleva la de su puesto de vocal en el Comité Ejecutivo de la UEFA inherente a la representación que ostentaba.
Por su parte Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, mantiene causas abiertas centralizadas en el Juzgado de Majadahonda por el contrato de la Supercopa con Arabia Saudí y el cobro de comisiones con Gerard Piqué por su patrocinio, entre otras. También allí se dilucida sobre el pago de fiestas con dinero federativo y la denuncia de Miguel Angel Galán por presunta administración desleal.
El ex presidente del Comité Técnico de Arbitros, Sánchez Arminio, el hombre que no sabía nada de su vicepresidente, acaba de ser imputado por la Audiencia Nacional dentro del llamado caso Soule, por el presunto desvío de casi 8 millones de euros.
El detonante de buena parte de todo esto, el antiguo trencilla catalán Enríquez Negreira, alega padecer alzheimer mientras se investiga el destino de las cantidades en efectivo que retiraba mensualmente, además de otros puntos de la investigación en la que aparece su hijo que trabajó en la Federación como «coaching» del estamento arbitral y colaboró con la Selección Española.
En medio de todo este tinglado, el ex directivo blaugrana Toni Freixas esgrime una lanza en favor de su club preguntando por la diferencia entre pagar a un ex colegiado por informes o tenerlo en nomina, caso del Real Madrid, el Getafe y el Valladolid cuyos delegados son Megía Dávila, Mejuto González y Santamaría Uzqueda. Sin embargo la discriminación está clara: estos tres no tienen ningún cargo en el Comité o la Federación, Enriquez Negreira sí lo tenía.
Observación: ni Florentino Pérez, ni Jan Laporta son convidados de piedra en tamaña fiesta.