Preparado el plan B

Que las consecuencias económicas que dejará el paso de la COVID 19 afectará de lleno al fútbol, entre otras actividades, es una evidencia que a nadie con sentido común se le escapa. Los clubs deberán volver sus ojos hacia la cantera para encontrar en ella los recursos necesarios sin tener que recurrir a grandes traspasos, que no los habrá, ni contratos muy elevados. Eso si, quienes crean que las fábricas de futbolistas son baratas no saben de lo que hablan y si no que se lo pregunten al Athlétic, por huir del ejemplo de los grandes ya sea en La Massía o Valdebebas.

Hablemos de lo más cercano. Ignoro si los dueños del Mallorca cuya política de austeridad es notoria entre  sus competidores de la NBA, ya habían caído en ello antes de la expansión del Coronavirus, algo que podemos sospechar por el fichaje de Pablo Ortells, director deportivo del Villarreal que, no casualmente, aterrizó acompañado de uno de sus ayudantes, Sergio Moya. Por algo será, como decía La Bombi. ¿Qué quién es La Bombi?. Da igual, abstenerse los menores de cuarenta.

Cabe despedirse de cesiones o fichajes por encima del millón de euros, estilo Take Kubo, que por cierto tiene ya muchas novias en otras ligas europeas, y ya no me atrevo a insinuar la salida del Cucho Hernández ya que pesa la lesión que le impidió debutar antes y su menor caché o participación en la liga más allá de que finalice o no la temporada en vilo.

Tampoco debe ser coincidencia que algunos chavales del filial o el juvenil e incluso un cadete hayan empezado a entrenar a las órdenes de Vicente Moreno. El futuro, al menos el más inmediato, pasa por Son Bibiloni antes de saber si el Mallorca seguirá en Primera o bajará a Segunda, otra circunstancia que marcará no solamente el presupuesto, sino la inversión y el proyecto. Creo que habrá más trabajo en la Ciudad Deportiva que en Son Moix. Sinceramente.