Asamblea o pantomima

Igual que los políticos, sean del partido que sean,  se atribuyen el mandato de todos los españoles y nunca hablan de la voluntad de una parte de los mismos, sus votantes, Luis Rubiales convoca una asamblea extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol para hacernos creer que tiene el apoyo de todo el fútbol, lo que tampoco es cierto.

Como advertíamos ayer, Pep Sansó, presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears, ha tardado poco en terminar el calentamiento y se dispone a unirse a sus dieciocho colegas de las Territoriales restantes, para no poner en peligro sus cargos y sus sueldos, el del mallorquín, sin ir más lejos, de 100.000 euros anuales. Conviene saber que el resto de la Asamblea la componen futbolistas no profesionales, árbitros, entrenadores y fútbol sala, todos dependientes de la Española, salvo una representación de los clubs profesionales y jugadores también profesionales, en clara minoría frente al resto. No hace falta un gran nivel intelectual para distinguir una convocatoria de una pantomima. Cabe recordar que a Angel Villar le tuvo que cesar el Consejo Superior de Deportes, no su Asamblea, siempre dominada por quienes ostentan el poder.

En el programa local de Radio Marca, La Zona 10, que conduce mi amigo Roberto Mateo, el ex presidente balear Miquel Bestard tampoco esperó demasiado a manifestarse a favor de quien incluso le nombró vicepresidente nacional, lo que le permitía  no perderse ni un viaje con la Selección masculina para sentarse en los palcos sin mayor misión que percibir las correspondientes dietas. Dejó sucesor designado, el mencionado Sansó, y qué otra cosa iba a hacer que agradecer los favores recibidos. Hizo lo mismo al ofrecer su voto a Mateu Alemany en su candidatura como opositor a Villar, para mentir después  y dejarle en la estacada. Ah, no perdón, que eso solo es cambiar de opinión. El bunyolí también calentaba, pero ya no está para salir.