El erial de Son Bibiloni

Ahora que el Real Madrid juega sin españoles, es buen momento para preguntar cuántos mallorquines se alinean en el Mallorca. Perdón por la comparación, evidentemente desafortunada. O no.

El Vía Crucis al que han sido condenados Leo Román, Gayá y Javi Llabrés, solo es la punta del iceberg del desdén con que en Son Bibiloni y Son Moix se trata a la cantera. El Mallorca B de Julián Robles, camino de volver a esta Tercera que no es sino una regional con otro nombre, habita en el bloque de hielo sumergido.

El portero ha tenido que ceder su posición a un colega que se ha pasado lesionado desde que llegó hasta hace dos meses, pero una vez repuesto al joven ibicenco lo han enviado a completar el cupo que rellenaba Pere Joan. El defensa central posiblemente ha vivido en el Reale Arena su último partido oficial, toda vez que a Javier Aguirre le han fichado a un central nórdico de nacimiento y balcánico de vocación y estirpe. El centrocampista ya se encuentra en Miranda de Ebro a falta de un equipo de segunda división con suficiente proyección para formarse y forjarse. Allí estuvo Antonio Sánchez y no regresó convertido en Pedri, por citar un zurdo en condiciones.

No tengo el gusto de conocer a los subalternos de Pablo Ortells, el director deportivo del club, al cuidado o, mejor. descuidado erial de la ciudad deportiva Antonio Asensio Pizarro. Pero si me pongo a comparar con sus predecesores Marcos Martín de la Fuente, Toni Prats o Tomeu Serra, es para mear y no echar ni gota y eso que no hablo de Carlos Sureda que habla por boca de Ramadani. ¿Les suena?.