La burbuja pinchada

La avaricia rompe el saco y no sé si será por eso que las cifras de audiencia del fútbol bajan. Ninguna sorpresa para los lectores de este blog. Se veía venir sin necesidad de ir de profeta por la vida. Pan pata hoy o, mejor dicho, para ayer y hambre para mañana, porque en su exclusivo afán por perseguir el dinero todos, clubs y Liga, se han olvidado de lo más importante: el aficionado. Ya no solo del que va al campo, que nunca les ha interesado, sino también los espectadores de televisión. Enumeremos  la razones por las que se deduce que la burbuja está a a punto, sino de estallar, de pincharse. Para el caso es lo mismo.

  1. Los horarios impuestos por Javier Tebas son una locura. Muchos de ellos totalmente incompatibles e irreconciliables con la vida en familia, por no hablar de la coincidencia de muchos partidos entre liga, Copa, Supercopa, competiciones extranjeras y una auténtica saturación de transmisiones imposible de asimilar en la mayoría de hogares. Justifican partidos los lunes a imitación de la Premier, pero no añaden que en Inglaterra los horarios y días de emisión se anuncian para toda la temporada desde el primer día de publicación del calendario.
  2. La falta de público en los estadios no ha ayudado nada. La escasa incidencia de los taquillajes en los presupuestos han impedido ver el bosque de la realidad y es que una parte de este público no solo iba a ver su equipo o al enemigo de turno, sino a socializar con vecinos de localidad o en grupos de amigos y familiares. Un aliciente menos.
  3. La obsesión de la LFP por controlar a los medios de comunicación ha quitado todo interés a las ruedas de prensa y entrevistas. No admite preguntas que, según su criterio, puedan resultar incómodas o inconvenientes y solo admite en el campo a medios amigos o clientes. Evita la polémica, un elemento imprescindible para alimentar la discusión en la calle de la que tanto ha vivido este deporte. Nada menos que cuatro periódicos de alcance nacional siguen en los kioscos.
  4. Ha decaído la atención de los jóvenes. Cada vez se fijan más en otras alternativas y su manera de ver la televisión ha cambiado profundamente. Tabletas, móviles y ordenadores impone su ley y aplicaciones como You Tube acaparan más audiencia que determinadas plataformas televisivas. Este fenómeno afecta también a las series, el cine y otros entretenimientos, entre los que no falta el fútbol.
  5. La dispersión horaria impide seguir la trayectoria y clasificación de los favoritos de cada aficionado. Un equipo que juega el viernes por la noche tiene esperar al lunes para saber dónde ha quedado su equipo. La transmisión simultánea de la jornada en programas del tipo «Carrusel» atraía tanto a los apostantes de quinielas que tienen que repasar sus boletos hora a hora durante cuatro días, como a las aficiones ávidas de conocer los resultados del resto de rivales.

En análisis parecidos coinciden deportistas, economistas, directivos, sociólogos, etc. Y es que mantener un negocio sostenido sobre una base social de apego sentimental, ignorando a sus principales clientes, solo se le ocurre al oportunista en busca de dinero rápido y relativamente fácil. Ya cada cual que ponga los nombres.