Sobre el alambre

Mallorca y Villarreal caminan juntos sobre el alambre y si alguno de ellos cae, lo pasará mal. Los sucesivos cambios de entrenador no han mejorado la situación del equipo amarillo ni siquiera y por ahora con el técnico que fue su talismán en el pasado: Marcelino García Toral. Los cinéfilos concluyen que segundas partes nunca son buenas, pero no sé si en el fútbol ocurre lo mismo.

Hace bien Javier Aguirre al centrarse, eso asegura, en la liga. Sabe perfectamente que la situación amenaza inestabilidad y no se fía de este anfitrión que, con muchas bajas, aun tiene talento sobre el césped y balas en la recámara.La lista de ausentes da para otro equipo: Pedraza, Foyth, Denis Suárez, Yeremi Pino, Parejo y Mandi. ¡Mucha tela!. Sin embargo hay cantidad de pólvora en Gerard Moreno, el comandante Morales, revivido desde el último relevo en el banquillo e Ilia Akhomach; no en vano es el séptimo goleador de la tabla en su condición de local. Sufre más en defensa, Jorgensen no es uno de los mejores porteros de la categoría. Baena es un gran todo terreno en la zona de creatividad, con buen disparo desde fuera del área, cubierto por Comesaña y Romero, otra perla recién incorporada.

La necesidad activa la reacción, por todos arañan en cuanto se pone en marcha la segunda vuelta. Regresan a la convocatoria Valjent y Jaume Costa, aptos ambos, además de Muriqi más bien para hacer grupo en una lista de 24 de la que uno quedará fuera, quizás él mismo. No se dan demasiadas opciones para cubrir la baja de Maffeo, habida cuenta la suspensión de Gio por acumulación de tarjetas. Rajkovic, Raillo, Nastasic, Samu, Dani, Sánchez y Larin, con los dos zagueros recuperados, parecen seguros. Tampoco hay mucho más de dónde tirar.

Lo peor, el árbitro. Ortiz Arias se la jugó a Mascarell en el campo del Betis, a Amath, la temporada anterior en Anoeta e incluso a Kadewere al que empujó sin contemplaciones en Vigo con el balón en juego. Su designación es una pésima noticia. Suple sus enormes carencias con una actitud prepotente de la que ya han dado cuenta Sergio Ramos o David López. Un enemigo más y amante de las tarjetas rojas: lleva cinco en once jornadas. Su segunda campaña en Primera a cual más aciaga.