Suicidio en el Wanda (3-1 en el Metropolitano)

Nastasic adelantó al Mallorca cual espejismo en el desierto, pero un gol de De Paul, tras regalo de Maffeo, un minuto antes del descenso y otro de Morata, un minuto después, devolvieron a los espectadores a la cruda realidad de un equipo, el de Javier Aguirre, que se tomó el lance como un partido de Copa o amistoso intersemanal y que solo dió sensación de competir cuando, marginada la insensatez de unas rotaciones absurdas, la derrota, redondeada por Carrasco, ya era irremediable.

ALINEACIONES:

At.Madrid.- Grbic (1), N.Molina (1), Giménez (1), Witsel (1), Hermoso (1), Carrasco (2), Koke (1), De Paul (1), Lemar (1), Griezmann (2) y Morata (1).

A los 62 minutos Barrios (1) y Saúl (1) por De Paul y Lemar. A los 77, Kondogbia (-) por Koke y Correa (-) por Morata.

R.Mallorca.- Rajkovic (2), Maffeo (1), Dennis (1), Nastasic (1), Copete (2), J.Costa (1), Baba (0), Morlanes (0), Dani Rodríguez (1), Abdón (0) y Angel (0).

Tras el intermedio, A. Sánchez (0) por Nastasic. Minuto 55, Kang.in Lee (2) por Morlanes, Muriqi (1) por Abdón y Amath (0) por Angel.

ARBITRO:

Pulido Santana (3), de Las Palmas. El único error que pudo cometer al señalar un penalti de Copete, lo rectificaron desde el VAR. No mostró una sola tarjeta, lo que es de agradecer, ni picó en las numerosas reclamaciones de los colchoneros en el área visitante. Quizás debió amonestar a Simeone que, después de anular su decisión de pitar la pena máxima, azuzó al público en la protesta con gestos evidentes. En total 9 faltas a favor del equipo local y 10 para el Mallorca.

GOLES:

Minuto 20, corner desde la izquierda que rebasa el primer palo sin que nadie toque y Nastasic llega solo al segundo para cabecear sin oposición. 0-1

Minuto 46, Maffeo quiere jugar de cabeza en zona peligrosa un balón que se perdía por la banda, la pelota le cae a un contrario cuyo centro remata Griezmann primero, rechace Rajkovic, otro tiro rebota en Dennis y sale hacia De Paul que viene lanzado y fusila desde cerca. 1-1

Minuto 48, balón bombeado desde la derecha que pasa por encima de Baba y Morata gana la acción a Dennis para rematar de cabeza sin apelación. 2-1

Minuto 76, en un saque de esquina botado por el Mallorca, el despeje lo recoge Griezmann que lanza hacia Carrasco a la contra, Antonio Sánchez falla en el despeje y el belga se planta solo anta Rajkovic, al que burla y bate. 3-1

62.000 espectadores

EL CANTARO Y LA FUENTE

Conseguido virtualmente el objetivo, casi atado después de los graves tropiezos del Cádiz y el Getafe, no es fácil pedir explicaciones al técnico mejicano del Mallorca. Advirtió que iba a alinear a un equipo fresco y lo que hizo, bajas forzosas aparte, fue sacarlo congelado que es muy diferente. La línea defensiva estaba forzada por la sanción de Raillo y la indisposición de última hora de Valjent, pero el problema estaba arriba donde ni Angel ni Abdón entendían a qué ni cómo jugaban, limitando las ya de por si complicadas salidas de sus compañeros, sin disputar ni aguantar un solo balón para oxigenar el asedio a que eran sometidos. Toda la primera parte fue un monólogo madrileño en posesión y balones al área, con el paréntesis del tanto de Nastasic gracias a un córner casual en una de las dos o tres veces, no más, que el Mallorca consiguió sobrepasar la línea divisoria.

Rajkovic y sus esforzados zagueros consiguieron resistir las oleadas locales hasta que una frivolidad de Maffeo totalmente innecesaria y a segundos de que el árbitro pitara el final del primer tiempo, permitió un último centro bombeado cuyos rebotes favorecieron al atacante. Empate en el peor momento como castigo a unas rotaciones totalmente evitables con la siguiente cita a cinco días vista y en casa. Si, porque para colmo de desgracias, Nastasic no pudo seguir en la continuación, Baba tuvo que bajar al centro de la defensa y Antonio Sánchez no cubría ni la mitad de terreno que el ghanés, que también había perdido muchos balones.

La alegría dura poco en casa del pobre y más si este no hace mucho para mantenerla o no parece importarle su mala suerte. Bastó otro minuto para que Morata, en un centro que superaba por arriba al improvisado central y a cuyo cierre no llegaba Dennis, se luciera con un cabezazo que dejó al portero sin poder hacer más que la estátua. En dos minutos lo que parecía un oasis se reveló puro desierto.

Los cambios llegaron tarde, demasiado. El Atlético ya tenía el partido donde quería, en su salsa. Las travesuras de Kang-in Lee quedaron en anécdota, Muriqi explicó desde el campo lo que se pide de una referencia en ataque a los sustituidos, aunque sin opciones, Amath demabuló mientras el tiempo pasaba antes de que, como hizo el coreano ante el Getafe el domingo pasado, Carrasco recordara que quien a hierro mata, a hierro muere.

Lástima de una ilusión que parecía posible convertir en resultado tangible, pero no compartida por el capitán de la tropa ni algunos de sus soldados.