Tenemos otro gran campeón

Realmente no sé qué hago aquí dispuesto a escribir sobre algo de lo que no tengo la más remota idea. Jamás he entendido a estos opinadores y no me refiero solamente a los informadores deportivos, que se creen capaces de entender tanto de golf como de cualquier otro deporte, ya sea baloncesto, tenis, atletismo, ciclismo y hasta de petanca o béisbol si se diera el caso, así que empezaré pidiendo perdón porque al proclamarse campeón del mundo de Moto GP el joven mallorquín Joan Mir, quien debería escribir hoy en mi blog es Emilio Pérez de Rozas y no un servidor. El sabe de lo que habla, yo no puedo ir más allá de mis impresiones personales fuera de contexto.

Desde mi ignorancia únicamente puedo aportar que el sucesor de Jorge Lorenzo sin parecerse en nada a él, ha alcanzado la máxima distinción del motociclismo mundial no por ser el más rápido, valiente y técnicamente superior, sino porque ha sido el más inteligente y ya es hora que algún deporte premie el uso del cerebro por encima de los brazos, las piernas, el físico o la destreza, muchas veces sin mayores virtudes que una simple habilidad. Lo cortés no quita lo valiente, es cierto, y mi amigo catalán trasplantado a S’Horta, en el municipio de Santany, me corregirá al advertirme que no me olvide de Marc Márquez. Como siempre tiene razón.

Bueno, él no me lo diría, pero yo me valgo de sus conocimientos para no dejarme nada en el tintero sin menoscabo de la gran temporada ejecutada por el veinteañero de Suzuki, al parecer una marca en progreso y evolución dedicada en cuerpo y alma a facilitar el pilotaje de nuestro neonato héroe. Uno más entre los grandes de este tierra pequeña y sin embargo maravillosa, cuyos frutos deportivos la mantienen en boca de todos en todas partes.