Una jornada menos y un esperpento más

Un gol de Riquelme a los 4 minutos, con Rajkovic haciendo la estatua, dormido como el resto de sus compañeros, facilitó al Atlético de Madrid un triunfo cómodo que casi certifica su clasificación para la Champions 2024-25, mientras que el Mallorca tiene que esperar y lograr alguna victoria, signo desconocido desde la final de la Copa del Rey, para garantizar su permanencia un año más en primera división.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Rajkovic (0), Maffeo (0), Valjent (1), Raillo (0), Nastasic (1), Lato (1), Mascarell (1), Dani Rodríguez (0), Sergi Darder (1), Abdón (0) y Muriqi (0).

Minuto 61, Morlanes (1) por Maffeo y Larin (1) por Abdón. Minuto 75, Gio (0) por Valjent y Radonjic (1) por Dani Rodríguez. Minuto 85, Llabrés (-) por Mascarell.

Atlético.- Oblak (1), Azpilicueta (1), Witsel (1), Giménez (1), Hermoso (2), Riquelme (2), Llorente (1), Koke (1), Barrios (1), S.Lino (1) y Correa (1).

Tras el descanso, N.Molina (1) por Hermoso; en el minuto 79, De Paul (-) por Correa, en el 82, Morata (-) por S.Lino y en el 90, Reinildo (-) por Azpilicueta y Savic (-) por N.Molina.

ARBITRO:

Alberola Rojas (3), de Ciudad Real. No se complicó la vida en un choque que, durante muchos instantes, pareció amistoso. Marcó siete infracciones al Atlético y nueve al Mallorca, en cuyo equipo vieron tarjeta amarilla Raillo y Muriqi.

GOL:

Minuto 4, Riquelme controla en el vértice del área, se escora hacia el centro y dispara con su pierna derecha desde  la frontal  ante mirada de los defensas y la indiferencia de Rajkovic. 0-1

20.516 espectadores

LA LIGA SIGUE IGUAL

……Pero el Mallorca, no. Sus jugadores, con Javier Aguirre al frente, dejaron  el resuello y su proverbial entrega, solidaridad y sacrificio en La Cartuja de Sevilla. No han vuelto a ganar desde entonces, unos cuantos dan la sensación de no poder ni con la camiseta, ya no digamos las botas, y tampoco permiten pensar en que su agotamiento físico y mental garantice la rúbrica de una permanencia forjada en la inferioridad de otros competidores a lo largo de la temporada.

Si los locales hubieran competido al nivel acostumbrado, resultados al margen, habría que valorar el nivel mostrado por el Atlético en Son Moix. Pero tampoco nos engañemos, sumó los tres puntos merced a un gol cuando el anfitrión aun no había salido a jugar, aunque tampoco lo hizo después, perdonó otros dos sin demasiada explicación y luego se limitó a guardar la ropa mientras su oponente se entretenía en pasar la pelota de un defensa a otro, hasta que uno de ellos terminaba por rifar algún melón  sobre el área enemiga en busca de una cabeza desaparecida en combate.

Se produjo una acción, apenas sesenta segundos después de encajar el tanto que iba a resultar definitivo, que ilustra el esperpento. En un saque de banda favorable frente al lateral del área visitante, Maffeo cede a Mascarell, este mira para atrás en busca del último zaguero, Nastasic, que termina retrasando a su propio guardameta. Quedaban noventa minutos por delante, pero estaba meridianamente claro que el partido acababa allí.

Cada intento de reanimar al extasiado, estropeaba más el panorama. Hubo un momento en la segunda parte en el que Dani Rodríguez jugaba de lateral diestro, Morlanes de extremo y ni Simeone era capaz de descifrar el dibujo. Menos mal que no fueron sustituidos Lato o Sergi Darder, los únicos de cuyas botas había salido algún toque con sentido común. Fue de este último, ya en el minuto 56, el primer tiro local a la portería de Oblak.

Miren, si presentamos en un circuito un coche que rueda a 70 milómetros por hora, no mucho más, y a su lado otro que no pasa de 30, no hace falta hacer quinielas. Les será muy sencillo qué equipo era el primero y cuál el que necesitaba conductor, gasolina, cambio de marchas y acelerador. Lo malo no es que, a este ritmo, adivináramos qué pretendía Aguirre con su alineación y planteamiento inicial, sino que no fuéramos capaces siquiera de intuirlo durante toda la noche. Pero, eso si. Los tres tenores, digo peores, siguen ahí, en el oriente y occidente de Andalucía.