Derrota sin dramas

No dramaticemos. Ya lo decía Sergio Kresic: «solo en las guerras hay drama». Si el Mallorca hizo un mal partido el pasado domingo en Almería se dice igual que cuando lo ha hecho bueno otras tardes. Para bajón, el de Las Palmas y subidones los de Osasuna y Cádiz. Pero insistimos, esto es muy largo. Aun así ningún equipo era de una manera hace un mes y ahora de otra. Para analizarlo todo debidamente tendríamos que conocer la planificación de la temporada que desarrolla cada entrenador y dónde están los picos y los valles.

Las virtudes y carencias del equipo que ha diseñado, casi creado, Vicente Moreno están muy claras desde hace tiempo. Hay una rara coincidencia en señalar la baja calidad de su artillería, como contrapartida a una infantería bien dirigida por Salva Sevilla y una retaguardia habitualmente firme, más por la disposición del bloque que por su carácter individual. Lo que falló en la sala de máquinas en el estadio de los Juegos del Mediterráneo fue básicamente que se perdieron más balones de lo normal y en posiciones muy peligrosas. Los locales habían estudiado muy bien a su enemigo y lograron aparcar también a Lago Jr, Gámez y Raillo. Es decir, rompieron la columna vertebral y sus ramificaciones.

Es un error tan grave magnificar las victorias, como minimizar las derrotas. El resultado es lo que queda para fuera y de cara a la clasificación, pero a la larga es más importante cómo se produce un determinado marcador que sus guarismos en si. Depende de los técnicos analizarlo y de la dirección deportiva valorarlo. Pero pasar del optimismo injustificado al pesimismo negativo en cuestión de días siempre es un ejercicio desaconsejable. Más que partido a partido, tiempo al tiempo.