Raillo, un problema
Raillo coloca a sus compañeros, para más juego que nadie, es la referencia defensiva y orienta la salida del balón desde atrás. Su lesión, parece que hasta la segunda vuelta siendo optimistas, plantea a Javier Aguirre un problema con el que no contaba. Su preocupación está más que justificada, aunque no debería ser la única, porque Morlanes se revela excesivamente lento en funciones de transición y, ojo, Mascarell baja la referencia de recuperaciones en el centro del campo.
No basta con que el mejicano sa autoinculpe de la derrota frente al Villarreal, porque cometió idénticos errores en Gran Canaria, maquillados tras un empate insuficiente. Ha jugado ambos encuentros sin columna vertebral, la mitad de cada uno, y su último eslabón, Muriqi, ha empezado con una baja forma alarmante. Y esta no es la menor de las dificultades, sino otra de las que se acumulan como contrapartida a una expectación en auge que deviene en inquietud y una cierta decepción.
Usar las recientes incorporaciones de Darder y Samu como coartada por su presumible falta de entrenamiento es una respuesta para neófitos. ¿Es que no entrenaban con sus respectivos equipos?. Ya si añadimos eso de que el de Artá precisa una hora de coche para bajar a Son Bibiloni, es de traca. Imaginen si viviera en Madrid para llegar a Valdevebas o si tenía que haber alquilado un piso en Cornellá para poder cruzar andando.
Las desgracias nunca vienen solas y nos preguntamos qué ocurre con Van der Heyden, el internacional belga que sí hizo pre temporada en Austria y costó tres millones y medio de euros. La duda nos corroe porque si ahora resulta que no sirve o al técnico no le gusta, la ecuación se complica al exigir la contratación urgente de un defensa central en condiciones o, para ser más concretos, el míster ha dejado la pelota en el tejado del director de fútbol, Pablo Ortells.