A propósito del Real Club Nautico de Palma

POR PEP LLUIS BERBEL

La contratación de lo público, como no puede ser de otra manera, ha ido adaptándose a las nuevas necesidades y, en gran medida, muy condicionada por los numerosos casos de corrupción a los que nos hemos visto sometidos en éste nuestro país. No es necesario enumerar los que han afectado a nuestras islas y muchos de ellos en el ámbito del deporte. Es normal, por tanto, que el legislador haya incrementado los criterios para controlar la adjudicación de los servicios públicos así como el temor que sienten muchos técnicos de la administración a la hora de emitir informes que puedan ser discutidos.
Pero, en cualquier caso, ello no debería ir nunca en contra del interés social que es el que, en definitiva, marca la línea a seguir y el sentido de la existencia de cualquier servicio público. En ocasiones parece ser que nos olvidamos de esto último con demasiada frecuencia.
Eso ocurre, a nivel individual, cuando uno ha pasado de empleado público a simple ciudadano y que, necesitando de los servicios de la administración, aparece la sensación de que ésta no está al servicio de la ciudadanía, que es la que la soporta y paga, sino al de la propia administración en sí misma. ES COMO UN MONSTRUO QUE SE SIRVE Y NUTRE A SÍ MISMA. Solamente hacía falta una pandemia para acabar de vivir con esa sensación de olvido de la ciudadanía por parte de la Administración con la “cita previa” y la “gestión exclusivamente telemática”
Ttodo ello viene a cuento con lo que uno siente cuando, en estas últimas semanas,  tiene conocimiento de la situación en la que se encuentra una de las entidades sociales y deportivas con mayor reputación a nivel, sobre todo nacional e internacional como es el Real Club Náutico de Palma. Nosotros, en las Islas, somos muy aficionados a no reconocer lo bueno que tenemos tener. Y esto es aplicable también a la cantera de nuestro fútbol, tan ignorada e incluso despreciada por los Clubs profesionales, especialmente el R.C.D. Mallorca, como comentaba hace unos días nuestro amigo Alejandro.
Nadie puede poner en duda la extraordinaria labor que, desde hace muchos años, ha llevado a cabo este club de Palma, con la gestión de verdaderos profesionales como son su gerente,  Jaume Carbonell, o el director deportivo,  Manu Fraga. Un Club siempre abierto a la Ciudad y a la Comunidad, independientemente de colores políticos en las Instituciones. Esperemos que la legislación vigente y el sentido común nos lleven a la confirmación de la prórroga de la concesión administrativa para que el Real Club Náutico siga siendo un club que apuesta, por encima de todo, por el deporte y está al servicio de nuestra sociedad. Esperemos que no pase a manos de especuladores y empresas cuyo único objetivo sea el rendimiento económico y el reparto de beneficios entre sus propietarios, como ocurre en muchos casos bien recientes y próximos.

Pep Lluis Berbel es Licenciado INEF Madrid (Universidad Politecnica) y Master en Gestión y Direcció Deportiva (UIB). Ha sido jefe de servicio de deportes del IME (ajuntament de Palma). Fue  Premi Estatal 2022 del Consejo de COLEF de España, preparador físico de la cantera del Mallorca y profesor associado de la UIB donde puso en marcha la Fundación General de la UIB (CAMPUSESPORT I Residència). Es  presidente de la Asociación de Gestores Deportivos Profesionales de les Illes Balears (AGEPIB).