Ortells, en el foco
A liga muerta, liga puesta. A falta de descubrir si será el Alavés o el Levante quien cubra el puesto vacante que queda en primera división tras los descensos de Valladolid, Espanyol y Elche y el ascenso de Granada y Las Palmas, aun hay cinco equipos sin entrenador: Celta, Almería, Getafe, Valencia y Rayo Vallecano. En Mestalla no tiene claro que Baraja sea su hombre, Bordalás quiere entrenar para objetivos más ambiciosos que los normales en el «Alfonso Pérez», mientras Carvalhal, Rubi e Iraola decidieron cambiar de aires o irse al paro. En la sala de espera, los de la rueda: que si Pacheta o Vicente Moreno. El Mallorca no tiene este problema, pero sí otros.
Si para fichar a un defensa central hay una lista de cinco o seis nombres, empiecen a sumar para el resto de los no menos seis o siete fichajes que faltan. De bajas se habla poco. Se marchan los cedidos Dennis, Agustinsson, Kadewere y Angel. No está claro si Dominic Greif, Grenier e incluso Amath. Galarreta ya se ha despedido. La relación de posibles altas es larga, aunque lo importante no es la cantidad porque entre tanto nombre no se adivinan argumentos que mejoren los presentes.
Se transmite la sensación de que la venta de Kang-in Lee tiene prioridad. Solo se habla del Atlético de Madrid, que regatea con el traspaso, no cesión, de Riquelme. No vale lo comido por lo servido y en el Cerro del Espino tampoco hay tanta materia prima como pretenden.
Ya se ha dicho, pero el trabajo de Pablo Ortells, director deportivo, excede la simple planificación de la plantilla. De su gestión depende la credibilidad del proyecto por mucho que el CEO, Alfonso Diaz, ya se cure en salud al advertir que el límite salarial no cambiará mucho. Pues mejor, habrá que afinar la puntería.